DURUELO De otros lugares Cita:
Buena parte de los habitantes de Duruelo proceden del cercano pueblo de Fresneda de Sepúlveda
Muchas y de muy diferentes procedencias han sido las gentes que a lo largo de la historia han pasado por tierras de Duruelo. Restos de cerámicas y algunas monedas prueban la presencia de gente ya en época romana, en los primeros siglos de la era actual, aunque la inestabilidad de aquellos tiempos motivó que la presencia de hombres no fuera estable, sobre todo al tratarse de una zona fronteriza de continuos enfrentamientos.
No fue hasta el conocido como Fuero de Sepúlveda, otorgado en el año 1076 por el rey Alfonso VI y renovado en épocas posteriores, cuando la concesión de privilegios a esta zona permitió el asentamiento definitivo. Ya en ese documento se menciona la existencia de Duruelo, por donde llegaron a pasar hasta 27 repobladores en época de la repoblación castellana, tras la expulsión de los árabes.
Didacur Rodríz y Dominicus Gomiz son los nombres de algunas de esas personas que afianzaron el asentamiento de la localidad, allá por el siglo XI.
Mucho tiempo ha pasado desde entonces y muchas personas han nacido en Duruelo. Aunque curiosamente, muchos de los habitantes que hoy hay en el pueblo no descienden de aquí, sino que lo hacen de la vecina localidad de Fresneda de Sepúlveda, hoy integrada en el término de Sotillo. Conocida como La Fresneda, al igual que otros pueblo, poco a poco fue perdiendo habitantes y, aunque aún hoy mantiene a un reducido número de personas en sus casas, la mayor parte emigraron.
En busca de compañía, algunos de quienes no partieron hacia otros lugares más lejanos decidieron cambiar de residencia y asentarse en Duruelo.
Dos urbanizaciones
Y no sólo del vecino pueblo proceden los actuales durolenses, también de otros lugares más lejanos llegan las gentes a este pueblo, en busca de tranquilidad.
A unos cien kilómetros de Madrid, a un paso de la carretera N-1, muy cerca de la monumental Sepúlveda, cercano a la estación de esquí de La Pinilla y próximo al Parque Natural de las Hoces del Río Duratón, Duruelo se ha convertido desde hace tiempo en un lugar apetecido por los foráneos para instalar en él su segunda residencia, en la que muchos llegan a pasar la mitad del año. Prueba de ello son las dos urbanizaciones con cerca de seiscientas parcelas que existen en el municipio, una de ellas surgida hace más de veinte años.
Población: 140 habitantes.
Pedanías: Los Cortos.
Extensión: 17,30 Km2.
Altitud: 1.014 metros.
Distancia de la capital: 70 Km.
Fiestas: Santa Águeda (5 de febrero). San Isidro Labrador (15 de mayo). Virgen de las Flores (último domingo de mayo). Natividad de Nuestra Señora (8 de septiembre).
Lugares de interés: Iglesia de la Natividad de Nuestra Señora. Ruinas de la ermita de San Roque. Cuevas del Ranchón. Ríos Duratón y Caslilla.
Duruelo en el siglo XIX: Cuenta Pascual Madoz en ´Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España´ que, a mediados del siglo XIX, en Duruelo había «48 casas de mala construcción, sin que formen calles regulares», entre las que se encontraba la del Ayuntamiento, que a la vez servía de cárcel, y la escuela de instrucción primaria mixta a la que acudían 30 niños y 26 niñas. El río Duratón y los arroyos Aldealapeña y los Cortos regaban su término, en el que sus gentes cultivaban trigo, cebada, centeno, garbanzos, titos, patatas, alubias, calabazas, nabos, algarrobas y berzas. Además, había ganado lanar y vacuno. Tenían posibilidad de cazar liebres, conejos y perdices y pescar barbos, cachos y cangrejos. Había también dos molinos harineros. Eran en aquel tiempo 47 vecinos que sumaban «149 almas».