Los que vendieron su casa en 2013 llevaban con ella 10 años, tres más que en 2009
La crisis inmobiliaria ha borrado prácticamente del panorama la especulación en la compraventa de viviendas. Adquirir una casa para venderla al cabo de dos, tres o cinco años y obtener una suculenta plusvalía se ha convertido en los últimos años en una práctica mucho menos habitual que en pleno boom. En plena caída de los precios de la vivienda y sin perspectivas de subidas ni a corto ni a medio plazo, son muy pocos los que se están aventurando a comprar una vivienda para inmediatamente ponerla a la venta.