Cuando nos volvieron a gustar las casas que les gustan a los niños
Las cubiertas a dos aguas han regresado no solo para coronar viviendas unifamiliares, también para culminar grandes edificios e incluso para transmitir la imagen corporativa de una empresa. ¿Qué ha pasado? ¿Dónde ha fallado la arquitectura cúbica de la modernidad?
La modernidad redescubrió la tradición arquitectónica mediterránea —la que ubica volúmenes sencillos, encalados y con terrados para tender la ropa o tomar el sol, a favor del sol de la mañana y apartándose del sol de la tarde—. Desde esos volúmenes básicos, sin ornamentos y supuestamente baratos y por lo tanto populares, parecía más fácil comunicar el ideal democrático —e imposible por mera cuestión numérica y de densidad— de una vivienda para todos.
Publicada
6/3/2018
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El País