Presumir de sostenibilidad sale caro
España lleva una década impulsando una edificación más sostenible. En concreto, desde la aprobación del Código Técnico de la Edificación (CTE), que desde 2006 regula cómo deben construirse los edificios, y desde la introducción, un año después, de la certificación energética obligatoria para los nuevos inmuebles. Pero, aunque han supuesto un enorme salto cualitativo respecto a lo que se hacía antes, el cumplimiento de estas normas no alcanza ni para obtener la peor nota en las principales certificaciones de sostenibilidad inmobiliaria existentes.
Publicada
13/5/2018
Leer noticia completa en
El Mundo