Ni comprar ni alquilar. Construir tu propio edificio de vecinos es lo mejor y más barato
Un día de invierno de 2012, el arquitecto Ernest Garriga comenzó a elucubrar con unos amigos de Barcelona la posibilidad de construir su propio edificio para irse a vivir juntos. Sería una construcción, además, muy diferente de todas las que se estaban levantando en la ciudad. Sería de madera en lugar de hormigón. Estaría llena de zonas compartidas en lugar de esos compartimentos estancos que tanto fomentan el aislamiento. En definitiva, sería una amable plaza de pueblo de los años cuarenta en mitad de la implacable metrópolis.