La próxima Asamblea es esencial para el devenir de la cooperativa.
El DG, con intención de blindarse, ha decidido dar la baja a la primera y la segunda, ya que, de esta forma, evita que se vote a un Consejo Rector hóstil a sus intereses que rescida el contrato con la Gestora, investigue lo que ha pasado y le exija daños y perjuicios.
Para ello ha enviado un informe de su abogado-títere que dónde dijo digo dice diego y justifica las bajas. Eso sí, dice que se les va a exigir el supuesto sobre-coste de la vivienda.
Pero la realidad es que, igual que no se puede tener a una persona contra su voluntad de por vida en una cooperativa, tampoco se le pueden exigir 100.000 euros 3 años después de escriturar la vivienda.
Los socios que quedan (3º y 4º) lo tienen muy difícil. Melco está quebrada y se han quedado sólos, con todas las pérdidas acumuladas no contabilizadas y un montón de suelo que no tiene salida.
Los socios tienen dos alternativas:
1) Siguen confiando en Antonio Moreno y apoyan a un CR que mantenga al DG al frente y vaya a juicio contra los 200 que tiene casa. Esto no tiene sentido. Es un juicio que, en caso de ganarse, se ganará dentro de 3 ó 4 años, cuando la cooperativa ya haya quebrado.
2) Cogen el toro por los cuernos. Asumen que la cosa ha salido mal. Eligen a un consejo rector independiente con el DG, que hace una auditoría independiente, rescinde el lucrativo contrato con la gestora y la demanda por daños y perjuicios. Torres y Moreno tienen un patrimonio personal con el que responder de los daños causados. Gran parte de ese patrimonio lo han hecho haciendo turbios negocios con la cooperativa, en continuo conflicto de intereses.
Me temo que ocurrirá lo primero. El DG convencerá a los socios de la 3º y la 4º de que los culpables de sus males son los socios de la 1º y la 2º y les dirá que los va a demandar y lo va a ganar.
Si ocurre esto que, lamentablemente, es lo que espero, los socios de la 3º y 4º no podrán decir que les han engañado. Simplemente habrán elegido no luchar por sus intereses por evitar reconocer que han confiado sus ahorros a una persona que, cuando menos, ha sido negligente en la gestión. Habrán preferido, una vez más, seguir la política del avestruz y no mirar lo que está pasando. Desgraciadamente, en este caso, no les valdrá para nada.
De cualquier forma, mucha suerte y ánimo en la defensa de vuestros legítimos intereses. No tengais miedo, el miedo es lo que os ha llevado a donde os encontráis.