Mal vamos si centramos los tiros en las gestoras y en las cooperativas de vivienda social. Es verdad que las cooperativas son aventuras entre comillas, y sobre todo espera, y los que esperamos somos los que no podemos pagar el doble de precio, que es coste de la vivienda libre en comparación con la vivienda protegida. Las gestoras no marcan los precios, lo hace el ministerio de fomento anualmente y se llama Módulo. Las cooperativas tienen el suelo y los proyectos, después, las licencias de urbanización y todo el desarrollo de ese suelo dependen de Esperanza y Gallardón, que parece que están más por lo privado y por la especulación.