No somos cooperativistas por estar inscrito en una cooperativa, el cooperativismo es mucho más que eso, es la conciencia de la necesidad de unidad como uno de los medios para que los trabajadores, campesinos, obreros, profesionales, pequeños propietarios, amas de casa; busquen la solución de sus problemas en ellos mismos.
El cooperativista auténtico, debe aprender y practicar un nuevo estilo de convivencia, un nuevo método de vida, un nuevo tipo de valores distintos.
Se habla mucho, y se escribe aún más, sobre el espíritu cooperativo. En realidad, todo cooperador debe llevarlo dentro de si. No se explica la cooperación sin espíritu cooperativo. Cuando falta éste, entonces nos encontramos ante las falsas cooperativas, sociedades de tipo egoísta, la mayor parte de las veces, que solo conducen a la desorientación.
Si un supuesto cooperativista no es capaz de amar en sus conciencia y en su accionar diario los valores cooperativo, tan necesarios para el bienestar y felicidad de la raza humana y del medio que lo rodea no es un verdadero cooperativista, es un equivocado en el movimiento, un oportunista a quien solo le interesa obtener los beneficios de la cooperación.
El espíritu cooperativo es la practica de estos valores, es la conciencia de que debemos educar a la comunidad y a los asociados para que sirvan a si mismos y a la sociedad con el mayor desprendimiento, la mayor eficiencia y sin interés de lucro; es la entrega de nuestra inteligencia y de gran parte de nuestro accionar al establecimiento de condiciones de justicia social y bienes para toda la sociedad.
El espíritu cooperativo, es el antibiótico moral que destruye lentamente nuestro egoísmo, el afán de imponer a otros nuestros criterios, es el paso al imperio de la razón, la justicia y la compresión.
Se trata de los valores de:
Compromiso: Cumplir una labor, evento o acción de manera responsable y eficiente
Eficiencia: Ejecutar las actividades acorde con los objetivos esperados al menor costo posible.
Confidencialidad: Mantener en reserva la información que guarde relación con el trabajo de la Institución.
Responsabilidad: Cumplir con las funciones y tareas asignadas a satisfacción de la Institución.
Solidaridad: Proporcionar apoyo espontáneo, generoso y voluntarioso en beneficios de otros.
Humildad: Actuar de manera sencilla en el trato con los demás, respetando las diferencias y limitaciones individuales.
Honestidad: Actuar con decencia, decoro, bondad, rectitud y justicia.
EL EGOISMO…… es la conducta humana auto interesada y no realmente altruista.
No son palabras ni huecas ni vacías…..
......MI BARRIO SE LLAMA “EL CAÑAVERAL”