Yo a La Lozana no vuelvo. Los camareros te tratan con un compadreo exagerado que puede ser molesto.
Yo al principio les seguí el rollo, pero al final fue molesto porque, después de tanto coleguear, jijí jajá, resultó que al pasarme la cuenta la cerveza que me tomé para beber durante la comida NO ENTRABA EN EL MENÚ. ¿Una chorrada? Sí, pero que te sienta mal, y no por lo que cuesta la cerveza.
Resulta que en el cartel de la puerta que informa del menú (entre semana) pone algo así como "agua o vino y gaseosa" y no se menciona la cerveza. Así que si pides una cerveza con el menú... te la cobran aparte. Por supuesto, no te avisan cuando la pides que la cerveza no entra en el menú (ya lo pone en la puerta, dicen después) ni te avisan cuando compadrean contigo como si fueras un amigo de toda la vida que tiene que soportar sus bromas pesada.
Parecerá una cosa absurda, pero lo que más me indigna es que te traten como si fueras gilipollas. Me han contado más malas experiencias, y no me extraña. Yo no vuelvo (por cierto, la comida de menú era bastante vulgar).