La guarde tiene muchas cosas buenas: es un sitio grande y muy bien equipado; durante el curso hacen muchas actividades y aprenden muchas cosas, incluso los más pequeñitos; la mayoría de las profes son muy majas con los niños; los niños siempre están bien cuidados y limpios; enseguida te notifican cualquier cosa que observan en los niños o si le ha ocurrido algo durante el día (se ve que puedes confiar en ellos).
Por otra parte, le hemos encontrado algunos puntos que no nos han gustado y por lo que no vamos a repetir (aunque por todo lo anterior el sitio aprueba con nota y estas han sido cosas aisladas que nos han sucedido a nosotros): las encargadas del sitio no tienen ninguna psicología con los papás primerizos y se comportan un poco como militares (incluso aunque vengas con tus preocupaciones del médico y faltando a tu trabajo, te echan una peta…); si no pagas desayuno y merienda tu peque se queda mirando y exceptuando algunas profes, no te le ofrecen ni una galleta maría; algunas profes, aunque majas, abusan del termómetro y lógicamente, en algún momento encuentran más temperatura; aunque todo el año son muy estrictos con la introducción de alimentos de tu peque (cosa que considero estupenda), al terminar el “curso” (en teoría en una guarde no debería haber curso escolar ya que los nenes siguen después de junio) todo se relaja y, si hacen una fiesta para los más mayores, puedes encontrarte como yo a tu bebé sin vigilar y con la boca llena de gominolas (sin permiso paterno). También en estas fechas, cuando llegas a recoger a tu bebé, algunas veces, no saben ni donde está, si en un aula o en el parque. Además aunque las criaturas tengan que seguir yendo en verano, que bastante tienen, ya no se hacen actividades.