Es muy sencillo de comprender, sólo tienes que cambiarte de gafas, quitarte las de ciudadano normal y corriente que piensa en el bien común y ponerte las de especulador.
La normativa urbanística impone en los nuevos desarrollos urbanísticos un porcentaje mínimo de suelo destinado a dotaciones y equipamientos que los propietarios del suelo deben ceder gratuitamente al Ayuntamiento. Esta normativa tiene como finalidad el interés general de los ciudadanos, ya que crea suelo público que después puede ser destinado a escuelas infantiles, colegios, institututos, centros de salud, bibliotecas, etc.
Es decir, todo propietario de suelo urbanizable sabe que no puede edificar el 100% del suelo sino que tiene que contar con que una parte de ese suelo irá destinado a las calles, parques, colegios etc, lo que no quiere decir que estén regalando nada, sino que se trata de una especie de carga derivada del gran beneficio que obtienen con la recalificación de los terrenos.
Entonces el diseño del nuevo barrio se convierte en un verdadero arte consistente en obtener del suelo edificable, aprovechamientos urbanísticos, la mayor rentabilidad económica posible, que no social. Se tiene r en cuenta que el valor de las viviendas dependerá de la zona en la que se encuentren. No se vende igual una vivienda pegada a la tapia del cementerio, del aeropuerto o de la M-45 que en la Av. de la Peseta. Por eso el especulador sitúa los colegios pegados al Aeropuerto o junto a una subestación eléctrica (esto último sucede también en el PAU). Sabe que es la peor ubicación para un colegio, pero él no piensa en los niños, piensa en su negocio.
Estas cosas son las que suceden cuando el Ayuntamiento delega en los especuladores el diseño de los nuevos barrios. El Ayuntamiento fomenta el beneficio de unos pocos a costa de todos.
En el vídeo promocional del PAU, editado por las Juntas de Compensación y Gerencia de Urbanismo, se decía que se crearían una gran cantidad de equipamientos que no sólo darían servicio al nuevo barrio sino también a los barrios próximos.
De momento el suelo del PAU se ha destinado a una perrera que se ha traslado desde la otra punta de la ciudad, y para la reubicación de las cocheras de la EMT. Las nuevas cocheras ocupan una superficie dotacional dentro del PAU que permite liberar el suelo de las antiguas cocheras para uso residencial. ¿En qué nos beneficiamos los vecinos? ; ¿de qué nuevos servicios gozan el PAU y los barrios próximos con estas dos instalaciones?. Pues el Ayuntamiento obtendrá más de sesenta millones de euros por la venta de las antiguas cocheras a costa de una parcela dotacional del PAU. El destino del suelo que ocupaba la antigua perrera de momento no lo concemos.
¿Se entiende ahora mejor?.
Saludos.