Los niños a los que os referís viven con su familia en un autobús abandonado junto a la glorieta Puerto de Somport, detrás de Renault. Hace tiempo ya envié un mensaje sobre esto:
http://www.nuevosvecinos.com/bLasTablas/1782388_nuevos_asentamientos_detras_de_renault.html Me parece que son rumanos y llevan allí ya varios meses sin que la policía municipal, que los ha visto seguro porque alguna vez veo pasar un coche patrulla, haya puesto remedio. Seguramente el problema es difícil porque si los desalojan del autobús sin darles una solución se irán a otro lado que a lo mejor molestan más que en este barrio que, al fin y al cabo, aún no está habitado al 100%. Hace un par de años, había muchas gitanas rumanas con niños y bebés pidiendo junto al Corte Inglés de Castellana y aledaños, ahora no queda ninguna, pero tardaron mucho en desaparecer de allí, yo trabajaba cerca y las veía a diario. El problema de los niños me parece tremendo, pero no se arregla dándoles una limosna en el DIA o las paradas de autobús. De momento están aquí, cuando construyan más alrededor de su autobús, se irán por su cuenta a seguir pidiendo en otro lado. Mientras tanto, los servicios sociales y la policía municipal harán la vista gorda si es que no cometen algún delito grave. Así es la vida: los que conceden parcelas para centros de acogida para personas con riesgo de exclusión social (traducción políticamente correcta de: personas con graves problemas vitales), no saben ni quieren saber si están cerca de viviendas con personas que están criando hijos, lo que sí saben es que no están en barrios de vida nocturna, bares, copas, comercio, restaurantes, turismo... ; los encargados de velar por la seguridad ciudadana hacen la vista gorda aquí, no vaya a ser que los mendigos se vayan al centro de Madrid o al Corte Inglés de Sanchinarro ; los vecinos de las Tablas seguimos protestando y opinando en el foro mientras pagamos religiosamente nuestros impuestos y nos afanamos en encontrar plaza en un colegio cercano para nustros hijos. Mientras, estos niños y su familia en el autobús, abandonado por algún incívico y no recogido en su momento por el Ayuntamiento, viven a su manera, fuera del sistema. Quién sabe, a lo mejor tienen amor y algo para comer de vez en cuando.