Pero vamos a ver. Es que aquí se está hablando de dos cosas distintas, y se están identificando erroneamente.
Una cosa, es ser campeones del mundial de fútbol. Y estar contentos por ello, celebrarlo, reirnos en compañía. A nadie le molesta que los goles se canten; no son a las dos de la mañana. Tampoco le molesta a nadie que un niño llore, porque son niños, y los niños lloran. O que el vecino, un día, monte una fiesta y haga ruido hasta las doce y media porque se alarga la cosa. Todo eso entra en lo que el 99% de la población considera normal.
Eso, es una parte de lo que se discute.
La otra, la que molesta a la gente, es lo de identificar celebración y transgresión. Hay gente que considera una manifestación de alegría que mil personas se suban a una fuente y estropeen la iluminación a zapatazos. O que a las once de la noche, sin socorrista, doce borrachos se metan en una piscina vestidos. O desnudos. Lanzando alarmantes gritos guturales. Hay otros que incluyen en la celebración volcar o patear papeleras. Otros incluyen en la celebración los macrobotellones que dejan las calles cubiertas de botellas rotas. Otros, para celebrarlo, simplemente se tajan y se ostian, (Visto con estos ojitos). En unos carnavales especialmente desfasados, en Vigo, se rompieron escaparates del centro y robaron productos para celebrarlo. Conozco gente que ha llegado a arrancar señales de tráfico y las ha metido en su habitación, como forma de celebrar algo.
Eso, es otra parte. Si decidimos que la celebración supone carta blanca para saltarse normas y para molestar a otros, ¿dónde ponemos el límite?.
No es cuestión de ser Sheriff. Es cuestión de tener sentido común y dos dedos de frente.
La noche pasada, séis chavales bastante perjudicados pasaron estrepitosamente el recinto de la piscina de mi comunidad, (que pudo haberse roto). Mientras el vigilante los miraba sin atreverse a decir nada, estuvieron gritando, saltando, bañándose, bebiendo, empujándose contra las vallas y las duchas, y haciendo el bruto y partiéndose el culo. Algunos vecinos se alarmaron, (cosa normal), porque pudieron haber roto algo, o en algún empujón podían haberse dejado el cráneo en el borde de la piscina. Y me niego a justificarlo "porque se divertían", o "porque les apetecía y habíamos pasado a la final". Esos señores sólo tenían dos justificaciones para maltratar esas instalaciones comunitarias: una, que son gilipoyas. Y dos, que hay mucha gente disculpándoles. Al fin y al cabo España pasó a finales ¿no?.