jep2: perdona que continúe, la anterior intervención era esencialmente sentimental (y parcial), pero siguiendo tu consejo de estudiar (he tenido que repasar), te transcribo literalmente lo que es el verdadero comunismo, que tiene en común con un régimen comunista lo mismo que la libertad con la democracia orgánica del Caudillo:
“La muchedumbre de los que habían creído tenía un solo corazón y un alma sola, y ninguno tenía por propia cosa alguna, antes todo lo tenían en común… No había entre ellos indigentes, pues cuantos eran dueños de casas o haciendas las vendían, y depositaban el precio de lo vendido a los pies de los apóstoles, y a cada uno se le repartía según su necesidad” (Apóstoles 4:32-36)
Y continúa una historia que, aunque probablemente todos sepamos, no estará de más recordar (seguro que se quiso guardar algo para el piso VPP):
“Cierto varón llamado Ananías, de acuerdo con Safira, su mujer, vendió una posesión y se apropió parte del precio sabiéndolo su mujer ; llevó el resto y lo puso a los pies de los Apóstoles. Mas Pedro le dijo: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón hasta el punto de engañar al Espíritu Santo y apropiarte del precio del campo? ¿Es que antes de venderlo no era tuyo y aun después de vendido no continuaba en tu poder? (...) No has mentido a los hombres sino a Dios. Al oír Ananías estas palabras cayó muerto. Su esposa, cómplice del engaño, también cayó muerta” (Apóstoles 5:1-6)
Resumiendo, y enlazando con mi primer mensaje, por favor el que sea cristiano que lo asuma con todas sus consecuencias y si no, que no se llame así: ESTÁ INSULTANDO A LOS QUE DE VERDAD LO SON.
Por cierto, antes resultaba más caro mentir ¿verdad? Al cristiano (o al que se hacía pasar por ello) le podía costar la vida. Ahora quizá le quiten las ayudas. ¡Qué cosas!
Para terminar jep2, cuando escribo, sea mucho o poco, creo que siempre es para aportar algo y siento si ésta, como la anterior intervención, es larga, larga, larga y mala, mala, mala.
¡Ah! y ni creo que sea de chiste ni creo tergiversar nada.
Lo siento por el ladrillo (pero ya sabéis ; ladrillo a ladrillo…)