Tenemos un nuevo director en el Colegio Estudiantes Las Tablas. Es el tercero en menos de dos años. Todo indica que a la tercera va la vencida, aunque yo no estoy seguro de que se cumpla el dicho. Dicho de otro modo, esto que estamos viviendo parece una crónica anunciada. Programada. O, como gusta de decirse ahora, una “hoja de ruta” en toda regla.
El Colegio Estudiantes Las Tablas comienza bien. Con ilusión. Con entusiasmo. Dos años en exclusiva de la mano del club de baloncesto Estudiantes. El curso pasado es el tercero y viene a la mano una empresa desconocida en el sector que promete continuidad y calma. Termina el 2012-2013 con el despido de su primer director. Pocos días antes un tal abogado de la empresa compradora provoca poco menos que un altercado en el comedor del colegio tratando de desinformar a los padres de la situación de compra-venta.
Parecería que entonces los viejos y nuevos dueños del colegio se pusieron a pensar cómo debería de continuar la historia.
Parecería que ese mismo día de finales de junio se escribió un programa de actuación para los próximos meses, años, en el que se marcara la hoja de ruta de los acontecimientos.
Parecería que allí mismo se decidió que lo mejor que podían hacer era aplicar una de tantas técnicas empresariales en las que parece que se hace una cosa pero se hace otra. Porque la consigna capitalista no sabe para qué sirve decir la verdad.
Parecería que esa noche decidieron despedir al viejo director, esperar que “la gente” se preocupara y nombrar inmediatamente a otra persona. Esperar que esa persona recogiera las iras de los inconformistas. Esperar que algunos alumnos se fueran, porque no aguantaran más, que algunos profesores fueran despedidos para meter miedo a los demás. Esperar que su marioneta-directora fuera quemándose en el intento de apagar los ánimos… y después despedirla.
Parecería que en aquél acalorado día pensaran en traer después a un veterano de la educación para dar dignidad al asunto, para convencer con la palabra y bañar de valores y dignidad al Colegio Estudiantes Las Tablas.
Ha llegado ese día y ya tenemos nuevo director, el tercero en menos de dos años.
Da miedo pensar qué pasa por las mentes de los individuos que firman como titularidad del Colegio Estudiantes Las Tablas, ya descarados dueños del Liceo Europeo. Son encantadoras sus palabras, sus propuestas para el próximo curso, sus planteamientos pedagógicos… pero los que conocemos todo desde el principio sabemos que se basan en la mentira, se aprovechan de las personas en función de sus intereses, se quedan con los alumnos que no dan problemas para festejar sus buenos resultados del Informe Pisa, se relacionan muy bien para procurar tener blindada su reputación.
Hasta ahora lo han hecho con un centro privado de esos en los que “lo tomas o lo dejas”. Pero ahora están jugando con los dineros de todos, porque el Colegio Estudiantes Las Tablas está mantenido en buena parte con fondos públicos y los responsables de la administración, salvo el Defensor del Pueblo y hasta donde puede esta institución, les están dejando hacer.
Tenemos un nuevo director en el Colegio Estudiantes Las Tablas. Es el tercero en menos de dos años. Todo indica que a la tercera va la vencida, aunque yo no estoy seguro de que se cumpla el dicho. En aquella reunión de junio de 2013, parecería que esto estaba previsto y también lo siguiente; pero yo no sé ponerme en la mente de los malos y ni siquiera me lo puedo imaginar.
Ya andamos buscando un buen lugar en el que ofrecer a nuestra hija una buena -en el sentido más noble de la palabra- educación.
Juande