A mi las fiestas de barrio me parecen bien, muy bien, pero comparar estas fiestas con los community festivals no tiene mucho sentido, no tienen nada que ver. Como bien dice Gepetto, han quedado reducidas al chunda, chunda, pero hay que reconocer que esto es muy hispánico, el españolito de a pie es muy de esto, de la cañita y del bocata de calamares, pero si no tenemos al lado un estridente altavoz, parece que no sabe a lo mismo, somos así.
Organizar el chunda, chunda a costa del descanso de los vecinos, la mayoría con bebés, niños pequeños y madrugón diario es de traca. Pensar que para esos vecinos tiene que ser “ajo y agua”, también es muy hispánico: son unos egoistas que nos quieren dejar sin chunda, chunda… qué más da que el niño no se pueda dormir porque le vibre la ventana, y que tenga un examen al día siguiente, si abajo están bailando y bebiendo mojitos, algo fundamental para el desarrollo de nuestro barrio, oigan.
La asociación de vecinos también es muy hispánica, suele hacer lo que le sale de las narices con sus amiguetes. Ellos también son muy de chunda, chunda. Si obviamos el hecho de que no tenemos recinto ferial y por ello es dudoso que pudiéramos organizar este tipo de eventos, hay muchas ubicaciones en Las Tablas bastante mejores y que molestarían bastante menos a los vecinos, pero yo me pregunto ¿por qué se eligió justo ese sitio? Y la primera respuesta que se me ocurre es: está justo al lado de la AA.VV. A ellos se lo tenemos que poner fácil, a los demás, no.
Yo, en solidaridad con estos vecinos, ni me he pasado por las fiestas y eso que yo también soy de chunda, chunda.