No sé si esto servirá para que te enfades un poco más, pero siento decirte que, a los auxiliares de conversación (nativos), igual que a los profesores, les paga la Comunidad de Madrid.
La cuota voluntaria “se justifica” con la hora de piscina y las actividades complementarias.
Para mí, lo peor de esta situación es lo siguiente. En algunos centros concertados se están volcando los recursos en seguir impartiendo de forma on line estas actividades complementarias, para poder justificar el pago de las mismas. Y en estas horas hacen videollamadas y utilizan a los auxiliares de conversación (muchos de ellos hacen la conexión desde sus países, porque se marcharon al comienzo de la suspensión de las clases).
Y esa cuota complementaria la aceptamos todos al entrar en estos colegios.
El problema reside en que están desatendiendo el resto de horas lectivas, por las que también pagamos con nuestros impuestos. Parece ser que es muy importante seguir con una carga tan alta de contenidos y de deberes, para que el año que viene no tengan un déficit de conocimientos y no partan con una mala base. Pero, ¿y entonces? ¿Por qué no se les da la misma importancia a las actividades “normales o esenciales” que a las “actividades complementarias”?
No soy para nada partidario de cómo se está actuando desde el sistema educativo (en general), queriendo continuar con los contenidos y videollamadas cuando las necesidades de las familias es claramente distinta. Y creo que el sistema educativo nunca ha estado más lejos de las necesidades de los niños como lo está ahora. Pero de tener que hacerse como se está haciendo, ¿por qué todos los recursos (profesores, auxiliares de conversación… pagados por la Comunidad de Madrid), se utilizan exclusivamente, o de forma mayoritaria, a las “actividades complementarias”?
No me niego a abonar esa parte que acepté cuando entré en estos colegios, pero me niego a abonarla mientras no se dedique el mismo esfuerzo a cubrir el resto de asignaturas esenciales.
A partir de aquí, habría que hablar de la reducción de gastos esta situación está suponiendo para los colegios (papel, tonners, mantenimiento, calefacción, agua...) y el sobrecoste que está suponiendo para las familias (nuevos dispositivos, impresoras, horas de apoyo a los hijos...)