Las comunidades de propietarios necesitan expertos en Propiedad Horizontal aunque muy pocas veces los tienen en cuenta.
Muchas comunidades de propietarios se enfrentan, varias veces durante su existencia, al problema de contratar un administrador de fincas. Frecuentemente, el resultado de esta decisión es insatisfactorio, volviendo a repetirse el nombramiento y el fracaso una y otra vez. Probablemente, el error se produce porque a la hora de evaluar las distintas alternativas, se focaliza excesivamente en el precio. Experiencia, profesionalidad, proximidad, referencias y calidad del servicio son características que pasan desapercibidas, eclipsadas por el precio. No se dan cuenta que una decisión errónea conlleva costes ocultos y deja sin resolver el problema.
El ámbito de las comunidades de propietarios se ve afectado por cuestiones de índole jurídica, urbanística, laboral o fiscal. De todas, es la Ley de Propiedad Horizontal -que rige su funcionamiento- la que está presente diariamente en las comunidades. Sería de sentido común que -al contratar- las comunidades tuvieran en cuenta, prioritariamente, a los expertos en Propiedad Horizontal.
Expertos con 10.000 horas de dedicación
Según Malcolm Gladwell, autor de La historia del éxito, se necesita dedicar al menos 10.000 horas a un tema para llegar a ser un experto. En números redondos, ésto equivale aproximadamente a cinco años trabajando a tiempo completo en un tema concreto.
Para las comunidades, la mejor forma de encontrar estos expertos es buscarlos en el Colegio de Administradores de Fincas más cercano. Los Administradores de Fincas Colegiados son los verdaderos expertos en Propiedad Horizontal. Aplican esta Ley cada día, en cada comunidad que administran. Estar continuamente interpretando sus preceptos y aplicándolos a la solución de los problemas cotidianos, les convierte en los profesionales más especializados y con más extensos conocimientos sobre la materia.
Sin duda, los administradores con más de cinco años de antigüedad cumplen la regla de las 10.000 horas. Ellos serán los candidatos idóneos para administrar una comunidad medianamente compleja. Pero incluso los de reciente colegiación, cuentan con la experiencia acumulada por el colectivo profesional, desde hace más de ochenta años, antes incluso de que la Ley de Propiedad Horizontal se promulgase.
La unificación de criterios y la actualización de conocimientos son herramientas fundamentales de la formación continua de los administradores colegiados. Los Colegios de Administradores facilitan la cualificación permanente de sus miembros, para lograr que estén técnicamente preparados. Transmitiendo la experiencia colectiva, los preparan para gestionar eficazmente las comunidades de propietarios.
Incluso el Tribunal Supremo ha reconocido, recientemente, el buen hacer de los Colegios de Administradores, fijando el criterio de que únicamente pueden utilizar la denominación administradores de fincas quienes pertenezcan a alguno de los colegios profesionales de administradores de fincas existentes.
Ojalá que en 2017 todas las comunidades se den cuenta de la necesidad de contar con Administradores Colegiados, por su carácter de expertos en Propiedad Horizontal, y por el respaldo y garantía que les otorga ser miembros del Colegio de Administradores de Fincas de su demarcación.