Es triste que en un país como éste, en el que otra cosa no habrá pero mira que sol hay un rato, no se aproveche más esta fuente de energía, fomentando su uso mediante ayudas públicas como ocurre en otros países europeos. Las ventajas están claras: Reducción de la dependencia del petróleo, disminución de la contaminación y del efecto invernadero.
Pero está claro que el lobby que forman las Endesas, Fenosas y Repsoles es demasiado fuerte como para que les quiten negocio.