Más allá de los actos vandálicos de unos pocos cafres, a mí también me gustaría agradecer a todos aquellos que se dedicaron a hacer de la fiesta un rato agradable para los niños y los no tan niños. Por la zona del sector 11 por la que nos movimos, había algunos vecinos que se lo habían currado mucho, tanto en indumentaria como en decoración de las casas, auténticas obras de arte incluso con sonidos y luces. En una casa, además, tenían preparadas galletas de canela y manzana para los mayores, además de las consabidas chuches para los pequeños. Creo que incluso en alguna calle organizaron una especie de Pasaje del Terror con gran afluencia de vecinos que hacían cola para verlo. La noche acompañaba mucho con una temperatura fantástica y todos lo pasaron muy bien.
Lamento que haya habido esos actos de lanzamiento de huevos, ruedas pinchadas y demás. No tiene nada que ver con una fiesta que a niños y mayores encanta (sobre todo a los primeros) y que por sí sola, no hace daño a nadie. Vándalos y cafres hay en todos lados, sólo hay que ver cómo quedan las calles tras celebrar un título deportivo, tras un botellón o similar. Nada tiene que ver con Halloween sino que cualquier excusa es buena para demostrar al mundo su falta de educación, algo que sólo se obtiene en la casa de cada cual.