MasterJedi dijo:
A mi me parecen correctos los badenes. Cumplen su función.
Un criterio de corrección claramente incorrecto.
Deben cumplir con la función para la que han sido concebidos, y no presentar efectos secundarios graves.
Para resolver episodios de astenia sería perfectamente indicada un dosis de anfetamina, sin embargo la anfetamina presenta unos efectos secundarios que hacen de su prescripción algo claramente inaceptable
MasterJedi dijo:
…..y hay que limitar velocidades, y los que he visto están bien colocados, para evitar que entres con velocidad en algunas calles rectas donde la gente corre habitualmente, y antes de algunos pasos transitados.
Seguramente no has pasado por la Avenida Valdediego.
Los zurumullos son intrínsecamente malos, en otro caso sería deseable tener uno cada diez metros, y las poblaciones más prósperas los desplegarían uno detrás de otro.
Los zurumullos tienen la filosofía contraria a las carreteras, que pretenden ser planas y rectas para facilitar la movilidad. Si no encontramos medios para limitar la velocidad con el conductor ni con el vehículo, hagámoslo con las carreteras, que sean "menos" carreteras: menos planas o menos rectas.
El mejor sistema es la educación vial (orientado al conductor).
Otro bastante bueno (orientado al vehículo) sería la limitación en el propio automóvil, tal vez un código por radiofrecuencia que ajustara el límite según la zona por la que se circule, de manera que los vehículos prioritarios quedaran exentos.
Y finalmente los zurumullos, que los hay de todos los tamaños, gustos y colores.
Y con todo, aun a los menhires desplegados en Valdediego les encontraría un uso razonable en las proximidades de los colegios, zonas cuya criticidad podrían justificar las inequívocas molestias de superarlos incluso a 30.
MasterJedi dijo:
El baden es prevención, y la multa sanción para que al menos el que está fuera de normas recuerde que tiene consecuencias. Asi se evitan accidentes más graves.
El badén es barrera que no discrimina; la multa es sanción; pero el radar es disuasión (también orientado al conductor, a falta de convencimiento), que es el objetivo que debe perseguirse.
No dispongo de estadísticas; pero convengamos que el 40% de los conductores respeta siempre los límites; otro 40% los infringe leve y ocasionalmente; un 15% los respeta raramente, y un 5% los inclumple siempre y los rebasa gravemente. Esto supondría que disuadir a parte de ese 20% con radares fijos o móviles elevaría la seguridad de manera muy notable (y proporcionaría un dinerito).
La cuestión es que los planes para la limitación de la movilidad, mientras no se disponga de medios eficientes como la educación vial o medios electrónicos, deben atender a un estudio bien desarrollado, y deben valerse de medidas proporcionadas, diversas, ajustadas y revisables.