MasterJedi dijo:
MSPLC dijo:
Hay un trastornado corriendo por Miramadrid que cree que los pasos de cebra son carriles de aceleración o algo así. Está como un cencerro, va con auriculares; gafas de sol y yo diría que con orejeras. Puede ocurrir que salte como un conejo al paso de peatones y que te obligue a dar un frenazo que pa qué, a pesar de lo cual te armará un pollo de cuidao.
La verdad, si alguien se lo lleva por delante YO no lo voy a echar de menos; pero me parece que está feo y además debe resultar muy desagradable.
Es uno de esos imbéciles que cree que practicar deporte le coloca en un estatus superior y que el resto de la humanidad debe estar pendiente de su esfuerzo y sacrificio.
Pues eso, que tengáis cuidao con el Sr. Bikila de los cojones.
Es muy habitual, deben pensar que los conductores tienen campo visual de 180º.
Las recomendaciones de las DGT hablan de que el peatón debe detenerse ante el paso de peatones previamente a cruzar y verificar que los vehiculos van a detenerse, ya que un paso de peatones no es un ‘stop’ sino un ‘ceda al paso’, y puede ser que el vehículo ya esté en condiciones de cruzar cuando apareces corriendo en el campo visual del conductor.
El conductor debe dar la prioridad al que cruza, en teoría. Pero ya nos tocaría ahí entrar en si el uso de la acera próxima a la carretera es un lugar para correr y que dice la DGT al respecto.
Lo mejor, pararse y esperar a que te cedan el paso. Al pararte delante del paso de cebras, le están indicando al conductor que viene hacia él que debe frenar (de manera segura) y cederte el paso.
Y lo de la bronca, lo hacen demasiado a menudo, pero lo hacen sobre la marcha para no perder “su” ritmo, mismo motivo por el que no se plantaron en la acera quietos antes del paso de cebra, asi que lo mejor es pasar de ellos.
No me ha pasado a mí concretamente; pero sí he tenido oportunidad de verlo en un par de ocasiones.
La más reciente es esta que comento, en la que una pobre mujer que circulaba unos metros delante de mí quedó aturdida por la bronca que le echó el corredor tarado, sin ninguna razón, ya que ella circulaba con toda prudencia y el corredor surgió sorpresivamente desde la nada, sin ningún tipo de aditamento que pudiera alertar a la conductora de su presencia y mucho menos de su intención.
La anterior estuve a punto de mediar, pero yo iba en taxi y no podía involucrar al taxista en el violento rifirrafe que se lio en un momento. El caso es que era ya el ocaso y el conductor no pudo apercibirse de la sombra sospechosa que avanzaba apresurada; de hecho fue él quien "atropelló" al vehículo y, se conoce que frustrado de que la parada pudiera malograr su marca, la emprendió a patadas contra el vehículo "agresor".
Se está estableciendo entre nosotros una atmósfera que criminaliza al usuario de vehículo a motor y eleva a los cielos a quienes, igual que las bestias, se valen de sus músculos para impulsarse. Otro tanto ocurre con los ciclistas que cruzan sin apearse de sus monturas.
No voy a ser yo quien menoscabe la sana costumbre de ejercitarse en la vía pública; pero no puede ser a costa de los usos y maneras que están perfectamente reguladas.
Vale que uno se ponga al lado del más débil; pero hay que mosquearse cuando sistemáticamente los más débiles coincidan con los más idiotas o con los que tienen la cara más dura.