Hola,
En primer lugar, si no tienes cédula de habitabilidad olvídate de contratar el agua con el Canal de Isabel II. Al menos eso me pasó a mí cuando, ingenuo de mí y haciendo caso a lo que ellos mismos me habían indicado por teléfono, me presenté allí armado de contrato, número de cuenta, boletín de industria de la carpeta mágica de Hercesa, certificado de buena conducta del cura de la parroquia y mis mejores galas. Pues todo eso fue papel mojado ante la falta de cédula de habitabilidad. Menos mal que me queda cerca del curro. Y yo que esperaba que al poco tiempo de escriturar iba a tener los servicios mínimos para poder vivir.
No obstante, llamé a Hercesa y hablé con el señor Lobo, que todo el mundo sabe soluciona problemas. Me dijo que no me preocupara, que si al escriturar no tenía la cédula me darían agua de obra. Eso creo que es algo que está entre el agua fuerte y el agua bendita, y como esta última puedes dudar tanto de su efectividad como de su duración. Pero uno que no es de natural creyente va a tener que hacer una excepción y confiar en la Santa Obra para disponer de Agua, Luz y quien sabe qué otras prebendas. Entre tanto, espero que al Santo Inquisidor que es Zorita (o Zurita, o Zurullo, o como sea) se le ponga en sus Santos Coj... firmar mi cédula de habitabilidad.
Hay una función matemática que representa muy bien la entrega de una casa por parte de Hercesa. Se llama la exponencial creciente. Viene a ser algo así como que al principio la función es una linea planita sin casi problemas, pero según va creciendo en el tiempo, la pendiente (problemas) aumenta, llegando al infinito en el momento de entrega. Me veo repasando las integrales para resolver todo esto.
Suerte para todos.