Es lamentable que un foro que podría servir para mejorar nuestra convivenciab se haya convertido desde hace tiempo en un campo de batalla de fanáticos, según la definición erróneamente atribuida a Winston Churchill: "un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema".
Aquí los fánaticos de múltiples tendencias promueven constantemente agendas políticas, insultan por sistema a los adversarios, confunden interpretaciones con hechos, toman el sarcasmo por argumento (mea culpa, a veces) y en general se preocupan más por llevar la razón que por reconocer que, sencillamente, hay más opiniones que la suya.
Con todo esto, lo único que veo es que en vez de acercarnos a conseguir soluciones, lo que hacemos es generar cada vez más odio. Odio a los ricos. Odio a los pobres. Odio a los indiferentes. Odio a la religión. Odio al laicismo. Odio a los gitanos. Odio a los inmigrantes. Odio a los conductores. Odio a los ciclistas y los patinadores. Odio, odio, odio...
No voy a decirle a nadie de qué puede o no puede hablar: no tengo derecho a ello ni tampoco me harían caso, y eso está bien. Solo lamento que dediquemos tanto esfuerzo a atacar y tan poco a hacer aportaciones constructivas.
Así que os podéis seguir peleando, insultando y destruyendo espiritualmente. Yo no puedo hacer nada más que escribir esta publicación y desear que, algún día, este llegue a ser un foro de vecinos en el que intercambienos civilizadamente pareceres, en vez del foro de odio en el que, cada vez más, se está convirtiendo.