A los padres del barrio: desde siempre, los chavales del barrio (chalequitos, mocasines, camisitas abiertas hasta medio pecho, pantalón pitillo y tobillo al aire) se dedican a ir tirando, tirándose en y pateando los patinetes y motos eléctricas (en stand by, ya que no lo pagan, es mejor destrozar lo que no es suyo) por diversión, a ir chillando a altas horas de la madrugada y a entrar en urbanizaciones a robar bicicletas...además de destrozar las papeleras y recorrer el barrio con sus coches sin carnet a la máxima velocidad y con la música a todo trapo.
Tienen padres, abuelos y familia, pero tampoco les educan.
Parece que molesta cuando nos toca de cerca, mientras tanto, sigo con mi feliz vida tomándome unos aperitivos al solete.