Vamos a ver, no pensaba escribir más en este hilo, dado que creo que entorpecemos el tema principal del hilo que es “El nuevo colegio publico”, pero dada la controversia, me permito un par de puntualizaciones. Por supuesto si queréis abrir un hilo sobre el tema, estaré encantado de debatir lo que haga falta.
He releído mis mensajes varias veces, por si se me había colado algún error, pero sigo sin ver en que punto he dicho, que no se tenga derecho a elegir la educación para tus hijos, pública, privada, subvencionada, o incluso en el extranjero. Por supuesto que cada uno elegirá la que le parezca más conveniente. Mi alegato precisamente era contra las generalizaciones, “todos los pobres e inmigrantes son problemáticos, violentos y tienen problemas de integración”, “todos los colegios públicos son malos”.
Yo personalmente, conozco todo tipo de casos, tanto en personas, como en colegios, y desde luego respetando la capacidad de elección personal de los demás, no me gusta pagar más por lo mismo o peor. Si dispongo de un colegio público (pagado con mis impuestos, que no gratis), que me ofrece una calidad adecuada, me parece una buena opción.
Muchos de los que estudian en colegios privados, después continúan en universidades publicas, que ocurre, que a partir de ahí ya no hay pobres e inmigrantes. Creo que hay que ser más cuidadoso al generalizar, solo eso.
Nos quejamos mucho en esta sociedad, sobre todo desde las clases sociales acomodadas, decimos “Se han perdido los valores”, “Ya no hay principios”, pero el mensaje que transmitimos a nuestros hijos es: “Lo que cuenta es el dinero, y lo que se puede pagar con el”. Bueno si este es el tipo de sociedad que queremos la mayoría, así será en el futuro. Pero desde luego, después no nos quejemos, al fin y al cabo, “Lo que importa es el dinero”.
Y finalmente, para los que me acusan de demagogia, solo decirles, que yo no hablo ni de política, ni de partidismos, no me interesan ni creo en ellos, solo hablo de principios, algo que creo que merece la pena conservar. El que discrimina aunque sea de palabra, a una persona, por su nivel de renta, o por su procedencia, al menos merece que se le discuta, sin ofensas, sin insultos, pero desde luego, que no se crea en posesión de la razón. Esta mal, y en el fondo todos, absolutamente todos, lo sabemos.