LAS CENTRALES SINDICALES BOICOTEAN LOS HOSPITALES MADRILEÑOS
Una representante de UGT reconoce que estropean material público para paralizar centros sanitarios. Admite que cuentan con gente que les ayuda a “salir impunes”.
Una liberada sindical de UGT del Hospital Gregorio Marañon reconoce que las centrales entorpecen el curso normal del centro sanitario por motivos políticos. Entre sus acciones se encuentran las de parar camiones y lavadoras, que impiden el funcionamiento habitual del hospital.
Explica cómo boicotean el centro utilizando métodos aplicados en “las huelgas de antes”, tal y como ella los denomina.
La responsable del sindicato justifica estas acciones al decir que los servicios mínimos previstos en caso de huelga son suficientes para que todo transcurra con cierta normalidad. Por eso considera necesario “romper una máquina” o “un congelador” y de esta forma paralizar alguno de los servicios. “Así se ha hecho toda la vida, no es nuevo”, asegura.
Al hablar sobre sus compañeros, las declaraciones de la sindicalista son muy duras. Comenta que entre los liberados “ganan los vagos con diferencia”. “El que vaguea y se escaquea en su puesto de trabajo, aquí lo hace el doble”, sostiene la sindicalista.
Problemas
Según expone esta representante, uno de los principales problemas que tienen es que el sindicato al que pertenece –se trata de UGT- sólo mueve determinados sectores de trabajadores, ya que tanto los médicos como las enfermeras tienen sus propios sindicatos.
Explica también que para poder efectuar el boicot a los centros públicos de salud cuentan con gente que les ayuda a salir impunes de estas prácticas.
Complicidad
Presume del gran ámbito de actuación que sus afiliados, que trabajan en puntos neurálgicos de los hospitales. Se refiere a personal de seguridad, que en un momento determinado puede esconder la grabación de lo sucedido. “Tú vas y si sabes dónde están las cámaras, no te ven. Esta cámara se ha estropeado. Porque aquí, todo está con cámaras. Son compañeros los que se ocupan de mirarlas. Hay muchas maneras. Si cuentas con gente, hay muchas maneras”, explica.
Asimismo, reconoce que entre los liberados sindicales existe una auténtica desidia laboral. Bajo la señal de alarma de que el Gobierno de la Comunidad de Madrid pretende “privatizar la sanidad” y despedir a miles de trabajadores, los sindicatos llevan dos años tratando de impedir que el Ejecutivo regional continúe con su política de concertación de centros sanitarios.
En esta disputa, los liberados llevan la voz cantante: lideran manifestaciones e increpan a los miembros del Gobierno autonómico en sus vistas a centros sanitarios de la comunidad.
Semana tras semana, varias decenas de supuesto personal sanitario se concentran en las puertas de los hospitales madrileños. Cada vez que el consejero de Sanidad, Juan José Güemes, o algún miembro del Gabinete de Esperanza Aguirre acuden a un hospital, decenas de personas boicotean el acto.
Sin embargo, a pesar de que en otras comunidades, como Cataluña, Andalucía o País Vasco también están externalizan algunos servicios sanitarios, allí nadie se moviliza. Los sindicatos sólo se han rebelado en la Comunidad de Madrid.
Denuncias
Durante los últimos meses, en varios hospitales de la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid se han registrado varios incidentes, tal y como reconocen fuentes de la consejería del ramo.
El 19 de febrero de 2008, en el Hospital del Henares de Coslada, alguien rompió un monitor de constantes vitales y altas prestaciones. En esas fechas aparecieron seccionados los cables de alimentación de dos de las camas de la misma unidad. Los hechos fueron puestos en conocimiento de la Policía Nacional de la comisaría de Coslada el 3 de abril del mismo año.
Unos meses después, el Hospital de Móstotes sufrió una inundación en el bloque quirúrgico de la segunda planta y en una de las salas del servicio de Urgencias de su planta baja. Al tratarse de actos aparentemente intencionados, la dirección del centro denunció los hechos ante la Policía Nacional de Móstotes.
No era la primera vez que la dirección del hospital recurría a la ayuda de la Policía. El 22 de abril de 2007, denunció en la comisaría de Móstoles cuatro incendios acaecidos durante los primero meses del año, que provocaron diversas pérdidas materiales y ralentizaron durante días el normal funcionamiento del centro.
Tras recibir esta denuncia, la Policía Científica valoró la intencionalidad de los fuegos, y en previsión de que este tipo de actos pudiera repetirse, la gerencia del hospital adoptó medidas urgentes, como el refuerzo de la presencia de guardas en el horario de 15:00 a 08:00 horas de lunes a viernes y 24 horas en fines de semana y festivos. Otra de las medidas tomadas en este sentido fue incrementar el número de cámaras de seguridad.