El problema es doble. Por un lado, los radiadores del salón en muchas viviendas están infradimensionados, de manera que aunque pongas la calefacción a tope no llegas a caldear el salón. Además, como el termostato está en el salón, puedes asarte de calor en cualquier dormitorio, consumiendo un montón de gas, y seguir pasando frío en el salón. Para remate, el aislamiento que ofrece el mirador es bastante deficiente.
¿Soluciones? Lo primero cambiar los radiadores del salón por otros que se adapten a las necesidades reales (en un mensaje antiguo un vecino nos dejó unos métodos de cálculo bastante adecuados). Y luego, si quieres gastarte cuartos, habría que cambiar todo el mirador, aunque no creo que valga la pena.
Un saludo,
ago