Esto viene de atrás, resumido con brocha gorda sería algo así:
Elena y Lorena Cort Lagos, administradores de Parque Empresarial El Olivar (al que llamamos “el mayor moroso de Valdebebas”, ya que llegó a deber cerca deber unos 30 millones de euros a la Junta de Compensación y unos 5 millones al Ayuntamiento) no estaban conformes con el reparto de parcelas que les tocó en su día (es lo que tienen a veces las herencias...).
¿Que hicieron entonces? Buscarse un abogado (disfrazado de asociación por la defensa del urbanismo, bla bla) que diera por saco en plan: “Hasta que no me toquen las parcelas que yo quiero, pienso fastidiar al resto de propietarios” (Ok, es simplista, porque la historia era más compleja, pero así se entiende mejor), y eso hizo: todo acto administrativo de Valdebebas fue recurrido sistematicamente, las licencias, los instrumentos urbanísticos, todo, absolutamente todo.
¿LLegar a un acuerdo amistoso? Es lo que ha querido siempre esta persona. Llamemosle acuerdo, o llamémosle chantaje, porque las cantidades que se manejaron en su momento eran escandalosas: vamos, que pedía varios millones de euros por dejar de recurrir.
¿Por qué no aceptó la Junta de Compensación? En primer lugar, porque es un chantaje, y era un pastón lo que pedían, y en segundo lugar, porque había más recurrentes. De acuerdo que este ha sido el más activo, y el único que ha recurrido cosas como la modificación de la pastilla comercial. Pero aceptar el chantaje del recurrente, no nos libraba de otros recursos, por ejemplo, sin ir más lejos, sobre el PGOU, el que un día tendrá que ser resuelto definitivamente por el TS, ha sido recurrido entre otros por el PSOE.
En su día la Asociación de Vecinos trató sin éxito de convencer al PSOE para que desistiera de dicho recurso…
En resumen, no es posible un acuerdo, porque ni se puede ceder al chantaje, ni tampoco serviría de mucho habiendo más recurrentes...