Hablando de obsesión por recaudar
La futura ley de Aguas introduce el cobro a los usuarios de un canon como tributo ecológico
La recaudación se destinará a prevenir la contaminación y a las obras hidráulicas
30-08-2004 (El País)
Eduardo Azumendi
El proyecto de ley de Aguas elaborado por el Departamento de Medio Ambiente propone cobrar un nuevo canon a los usuarios con naturaleza de tributo ecológico, que será directamente proporcional al consumo de agua. La recaudación se destinará a prevenir la contaminación y a hacer frente a las obras de infraestructura hidráulica en la comunidad. La futura norma no determina la cuantía del canon, aunque su importe se reflejará directamente en el recibo que cada dos meses deben abonar los usuarios. Su finalidad es conseguir un uso más racional del agua.
El canon permitirá a las administraciones competentes conseguir unos servicios ´más eficientes de suministro y saneamiento´, resalta el texto, que ya está siendo sometido a estudio de legalidad por parte de la Comisión Jurídica Asesora del Ejecutivo vasco.
La regulación de un nuevo canon del agua es la novedad más destacable de un proyecto legislativo que el Departamento de Medio Ambiente espera que se apruebe en las primeras reuniones que celebrará el Consejo de Gobierno tras las vacaciones de verano. El proyecto de ley justifica la inclusión de este canon basándose en el principio comunitario de que el usuario debe pagar el coste de todos los servicios relacionados con el agua. ´La contribución a un uso sostenible de los servicios públicos del agua y a la recuperación de los costes financieros, ambientales, de infraestructuras y los costes de recursos, son los principios ordenadores de la regulación´, señala.
El borrador, al que ha tenido acceso este periódico, establece una serie de destinos concretos al dinero que se recaude con el nuevo tributo. En primer lugar, a la prevención en origen de la contaminación y a la recuperación y mantenimiento de los caudales ecológicos. El siguiente destino es ayudar a financiar los gastos de inversión y explotación de las infraestructuras, y en tercer lugar la concesión de ayudas a los ayuntamientos, consorcios y particulares para que consigan ´un buen estado ecológico´ de los ríos, pantanos y de cualquier fuente de suministro.
´Cultura del agua´
La aplicación de un canon ambiental es algo que ya se hace en algunos países de la Unión Europea. El consultor medioambiental Antxon Olabe explica que este tributo forma parte de lo que se conoce como la nueva cultura del agua , que persigue una forma diferente de gestionar este bien. ´En los últimos años se está discutiendo mucho sobre la fiscalidad que se puede aplicar al agua. España es un país con problemas muy importantes en este campo. Se ha usado mal el agua y la aplicación de este tipo de impuestos trata de repercutir de forma más clara en la sociedad que se trata de un bien escaso´.
´Cuando los ciudadanos´, añade Olabe, ´no aprecian el valor real que tiene el agua, se produce el desfilfarro. El canon lo que va a conseguir es ajustar el precio del agua al valor real del recurso. Al costar más, se detraerá la demanda y se racionalizará su uso´.
Los únicos que quedarán exentos del pago del canon son los consumos realizados para operaciones de investigación y control, sondeos experimentales que no vayan a ser aprovechados y operaciones que sirvan para mejorar el estado del agua en general. También quedarán exentos del pago los usos domésticos en pueblos con una población inferior a los 500 habitantes que no dispongan de suministro domiciliario.
La cantidad a pagar por el usuario, una vez que se establezca el tipo de gravamen, se determinará a través de la medición del consumo por medio de contadores homologados. Los ciudadanos están obligados a instalar y mantener, a su cargo, un mecanismo de medición directa del agua efectivamente consumida. El proyecto recoge la posibilidad de ´imponer´ la instalación de dispositivos de control de contaminación o de caudal cuando sea necesario para la planificación hidrológica o para alcanzar determinados objetivos de ahorro.
La gestión del canon corresponderá al órgano ambiental de la comunidad autónoma, dependiente del Gobierno vasco, quien lo podrá recibir directamente de los usuarios o, lo que es más probable, a través de las entidades suministradoras de agua, generalmente consorcios u otro tipo de sociedades públicas. El canon aparecerá reflejado directamente en el recibo que cada dos meses deben abonar los usuarios a estas entidades. Los consorcios tendrán que liquidar trimestralmente la cuantía recaudada por la tasa al órgano ambiental de la comunidad.