Molestan más las mierdas de perro que las migas de pan, pero ambas son fruto de la misma falta de educación y civismo.
Los perros no tienen la culpa de tener cerdos por dueño, pero para ambas hay una solución común. Ante aquellos vecinos despistados a los que se les caen las migas o las mierdas de sus perros y no se dan cuenta, la solución es devolverselas,
We can, recoge las migas y dejaselas a tu vecina en el buzón, o en el felpudo de la entrada, con un post-it diciendole que como buen vecino viste que se le cayeron por la ventana y se las has subido. Y al de la mierda de perro lo mismo, con una bolsita se recogen y se le deposita en el felpudo, obviamente tras retirar la bolsita que esa es tuya.