En mi opinión el problema de los "ciclistas aficionados" es sólo un problema de educación, de los automovilistas hacia los ciclistas que es 0, de los ciclistas hacia los peatones que es 0 también y de estos con los demás que también es 0. En este país la educación vial es inexistente y eso lo pagamos siempre los que en ese momento somos los más débiles. Conozco unos miembros de un club ciclista que cuando van a reunirse a su local van en coche y no respetan los pasos de peatones, pero luego piden respeto de los automovilistas, y conozco mucha gente que cuando va a cruzar caminando un semáforo se queja del ciclista que se lo salta pero luego cuando va detrás de uno por la carretera no pueden esperar a que no venga nadie de frente y tienen que adelantarle casi rozándole con el coche. ¿Qué pasa, que es más importante su tiempo que la vida del ciclista?. Lo dicho, un problema de educación.
El problema de los "ciclistas profesionales" es otro, es falta de educación y de respeto hacia los demás y además defienden la idea de que tienen más derechos que nadie. Si quieren entrenar, que pidan que les corten un tramo de carretera o de calle, y si no que respeten las normas.
Efectivamente, los pasos de peatones, la palabra lo dice, son para peatones, y los ciclistas sólo los pueden utilizar con prioridad si empujan una bicicleta, no si van montados encima de ella. Én este último caso no tienen ninguna prioridad y si un coche los atropella es culpa del ciclista. Es como si dos coches colisionan porque uno se ha saltado un ceda el paso.
Pero también es cierto que circulando en carretera no se puede adelantar a un ciclista si viene alguien de frente y no se puede dejar suficiente distancia de separación entre nuestro vehículo y este. Y, lo que poca gente sabe, o al menos demuestran no saber con su comportamiento, es que se puede adelantar sin problemas a un ciclista cuando está prohibido el adelantamiento, siempre que no venga nadie de frente y no se cree una situación de peligro. Vamos que no hay que precipitarse para adelantar al ciclista poniéndole en peligro porque se termina el permitido ya que podemos adelantarle sin problemas, incluso echándonos completamente al carril de sentido contrario, aunque empiece el prohibido.