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La ampliación de la M-40 choca con la oposición vecinal
La futura autopista de peaje Radial 3, variante de pago de la autovía de Valencia, ha despertado también las críticas de numerosos vecinos y conductores de los barrios de Vicálvaro,Moratalaz y San Blas, así como del Partido Socialista e Izquierda Unida.
Miles de vecinos se oponen al proyecto del ministerio de Fomento de ampliación de la M-40, que pasa por la construcción de 120 kilómetros de vías de servicio paralelas al tronco central y que tienen como fin descongestionar esta autopista de circunvalación, ante el previsible colapso que sufrirá una vez empiecen a estar habitados los PAU y otros desarrollos urbanísticos.
Según los vecinos, que cuentan con el apoyo de Izquierda Unida, las obras afectarían a zonas verdes y a numerosos equipamientos. El aumento del parque automovilístico madrileño en los últimos años, la construcción de miles de nuevas viviendas en los PAU y otros desarrollos urbanísticos y la puesta en marcha, a partir de este año, de las autopistas radiales de peaje, llevarán a la M-40, según todas las previsiones, a un colapso total, mucho mayor del que ya sufre actualmente en las horas punta.
Como ejemplo, según datos oficiales, para el 2015 puede señalarse que en el tramo entre la carretera N-VI a La Coruña y la M-607 a Colmenar, la intensidad media diaria será de 300.000 vehículos y de 210.000 en el arco entre la A-10, de acceso al aeropuerto de Barajas, y la N-II a Zaragoza, demandas que no podrán llegar a ser satisfechas con la infraestructura actual.
Para evitar esta situación, al menos en parte, el Ministerio de Fomento ha puesto en marcha, sacándolo a información pública, un proyecto para crear, a lo largo de toda la autopista, unas vías de servicio colectoras de dos carriles por sentido que corran paralelas al trazado actual y que sirvan para recoger todo el tráfico que se vaya incorporando y distribuirlo de un modo más eficaz, descongestionando el tronco central.
Además, dicho proyecto incluye también la remodelación de los enlaces de la M-40 con las carreteras N-401, N-VI, N-IV o M-511, para aumentar su capacidad y evitar retenciones.
Apoyo de Izquierda Unida
Sin embargo, el proyecto, hasta la fecha, no ha hecho más que suscitar la polémica, especialmente entre los vecinos de las zonas afectadas por la ampliación. Izquierda Unida ya ha presentado ante el Ministerio de Medio Ambiente las alegaciones para que la declaración de impacto ambiental del proyecto de ampliación de la M-40 sea negativa “por los grandes impactos que podría tener para muchos ciudadanos, fundamentalmente en Carabanchel, Vallecas y Usera, así como en los espacios protegidos del Monte del Pardo y el Parque Regional de la cuenca alta del Manzanares”, asegura Inés Sabanés, candidata a la Alcaldía de Madrid de IU.
Los datos aportados por este grupo municipal a Medio Ambiente evidencian que esta obra afectaría a 270 hectáreas de suelo, supone una nueva afección al Monte de El Pilar, la destrucción de 29 hectáreas del lugar de importancia comunitaria Cuenca del Manzanares ; la ocupación de otras 28 hectáreas del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y de casi 220.000 metros cuadrados destinados a uso deportivo, así como la desaparición de otros 215.000 metros de suelo dotacional.
Paralelamente, la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (Fravm) coordina la labor de los distintos colectivos afectados, designando a una asociación por distrito para que sea la encargada de llevar a cabo las acciones contra el proyecto. Según la Fravm, de llevarse a cabo las obras se verían afectadas zonas verdes, colegios, instalaciones deportivas y otros equipamientos y, además, aseguran que muchas viviendas quedarían a muy pocos metros de la autopista, con el consiguiente impacto acústico. Por este motivo, están estudiando, en el caso de que no se atiendan sus alegaciones al proyecto, movilizaciones de distinto tipo, incluido el corte de la M-40.
Pero éste no es el único problema al que se enfrenta el Ministerio de Fomento en la región, ya que pocas infraestructuras han levantado tanta polémica en Madrid como las autopistas radiales de peaje, actualmente en construcción, y muy especialmente la R-3 y la R-5, variantes de pago de las autovías de Valencia y Extremadura, respectivamente, en tanto en cuanto su trazado afecta a zonas habitadas de la capital y enlazan con la M-40.
En el caso de la Radial 3, su construcción ha provocado las críticas tanto de los vecinos de los distritos afectados –Moratalaz, San Blas y Vicálvaro–, como del Partido Socialista e Izquierda Unida.
La autopista de peaje, que será la continuación desde la M-40 del nudo de O´Donnell, discurre a su salida de la capital por Vicálvaro y, según el grupo socialista del Ayuntamiento de Madrid, afecta “de forma directa a los vecinos actuales y futuros de este distrito, así como a los de los de San Blas, con viviendas colindantes al nudo de la M-40 con la R-3, y de Moratalaz, con viviendas colindantes a la rotonda de Doctor García Tapia”.
“Condena al aislamiento”
Desde el inicio de las obras de esta carretera a su paso por esta zona, en marzo, los trabajos han ocasionado ya numerosos trastornos a vecinos y conductores. Así, una de las consecuencias más importantes ha sido el cierre definitivo de la avenida de Daroca, eje fundamental de comunicación de Vicálvaro con el resto de Madrid y con la M-40, lo que, según el PSOE, “condena al aislamiento a los más de 56.000 vecinos que residen actualmente en Vicálvaro”.
El cierre de esta importante vía, cuya realización supuso una inversión municipal en 1999 de tres millones de euros, ya supone un caos circulatorio en la zona. Tanto el transporte público –caso de la línea 106 de la EMT– como el privado, se ha visto obligado a buscar salidas alternativas para ir al centro de la ciudad, con el agravante de que las dos opciones principales confluyen en el mismo punto, la glorieta de la calle de Fuente Carrantona sobre el eje de O´Donnell. Además de los atascos, todas las alternativas planteadas suponen un aumento considerable de tiempo para los conductores respecto al que tardaban anteriormente.
Otro aspecto negativo que destaca el PSOE del paso de la R-3 es el de las viviendas afectadas. Así, los vecinos de las calles de Versalles, Malmoe o Aquitania, del barrio de Las Rosas, tendrán a medio centenar de metros el nudo de la autopista con la M-40 ; además, tanto éstos como los residentes en Fuente Carrantona tendrán que soportar el aumento del tráfico derivado del corte de la avenida de Daroca.
Impacto en la Cuña Verde
Por si fuera poco, el informe de los socialistas recoge también el impacto de la radial sobre la Cuña Verde de Vicálvaro, que queda partida en dos y pierde 25.000 metros cuadrados, sobre los nuevos desarrollos urbanísticos previstos en Vicálvaro, que quedan encorsetados entre autopistas y las vías del AVE, Cercanías y la línea 9 del Metro, y sobre la propia movilidad interna de este distrito.
La oposición municipal y los vecinos culpan de esta situación no sólo al Ministerio de Fomento, sino también al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid, que “se negó a presentar observaciones al Expediente de Información Pública, aceptando de buena gana así la propuesta que hizo el Ministerio de Fomento”.
Igualmente, cabe destacar que el Ministerio de Medio Ambiente no aceptó ninguna de las alegaciones presentadas tanto por el PSOE como por la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid o la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid referidas al impacto de la Radial 3 en la capital.
Avanzan las obras
Actualmente, las obras se encuentran ya bastante avanzadas –con desvíos incluidos en la M-40–, con la consiguiente dificultad de modificar el trazado previsto, aunque los opositores al proyecto confían en que no sea demasiado tarde y aún pueda revisarse el diseño del nudo de la R-3 con la M-40 y reabrir la avenida de Daroca. También pretenden que se lleven a cabo algunas mejoras que faciliten la comunicación entre los barrios separados por la autopista.
Además, el Partido Socialista pretende, una vez acceda al gobierno regional, solicitar al Ministerio de Fomento que renegocie la concesión con las adjudicatarias de las radiales de peaje para que el uso de estas autopistas sea totalmente gratuito.
Protestas contra la radial-3
La Plataforma Ciudadana Salvemos la Avenida Daroca ha convocado la semana pasada una nueva manifestación para reiterar su “rotunda oposición” al cierre definitivo de esta avenida como consecuencia de la construcción de la Radial 3 y las obras entre ésta y la M-40.
La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (Fravm) ha denunciado que el cierre de esta vía, “construida hace sólo cinco años con un presupuesto de más de tres millones de euros”, supone la “amputación” del único punto a través del cual los vecinos del distrito tienen acceso directo al centro de la capital. Consideran, además, que la vía de peaje supondrá “un peligro” al verse incrementado el tiempo de llegada al hospital de referencia, el Gregorio Marañón.
Rafael Simancas quiere que las radiales sean gratuitas
Rafael Simancas ha prometido en más de una ocasión que, si se convierte en el próximo presidente regional, piensa negociar con el Ministerio de Fomento y con las constructoras para que las autopistas radiales sean de acceso gratuito. “No podemos permitir que sólo se libren del atasco aquellos que puedan pagar un peaje”, afirma.
El alcalde de Parla, el socialista Tomás Gómez, también está totalmente en contra del plan de autopistas de peaje en la Comunidad de Madrid. “No estoy dispuesto a que los vecinos de Parla paguen por ir a trabajar”, señaló. Además, desde las filas socialistas se prefería la ampliación de la N-401 (carretera de Toledo) como alternativa viable a la construcción de la A-41 (Madrid-Toledo).