La visita al piso piloto fue… un poco desastre. Se nota mucho que está orientada a los que todavía no han comprado, más que a los que ya estamos en el bote: cuatro (o cinco) no recuerdo compradores (con acompañantes) mirándolo todo deprisa y al mismo tiempo… pues no da para fijarse en muchas cosas, la verdad.
¿La impresión? Bueno, un poco la que puedes tener viendo la visita virtual o incluso el plano: acabados decentes sin estridencias, y todo invadido por su estupendísima (e inútil) decoración, que no te sirve para imaginar cómo será eso cuando estés viviendo ahí y metas cosas de verdad, que no se limiten a ser adornitos para que quede guay. La verdad es que una segunda visita, con más calma, con menos gente alrededor y con tiempo para preguntar dudas, vendría bastante bien.