Todos sabemos que en nuestra propia casa podemos hacer lo que queramos, pero no hay que olvidar que el vecino también puede hacer lo que quiera en sa propia casa. Si yo puedo hacer el ruido que quiera en mi casa, mi vecino también tiene el derecho de no oír ningún tipo de ruido. Por este motivo deberíamos de tener cierta consideración con los demás para mejorar la convivencia.
En todos los pisos existen ruidos inevitables y muchos otros que pueden ser evitables o, al menos, reducibles. Ruidos como persianas, puertas, taconeo, taladros, martillazos, tapas de innodoros, cisternas, .... son ruidos inevitables pero que puden ser reducidos sus efectos (frecuencia, intensidad, duración, horario,...)
La convivencia sería mejor para todos si pensáramos un poco más en cómo se puecen percibir los ruidos que nosotros producimos si fuéramos nosostros los que tuviéramos que sufrirlos.
Si seguimos pensando en que podemos hacer lo que queramos en nuestra casa, las libertades individuales se solaparían y nadie tendría su propia libertar dentro de su casa.
Gracias por escuchar.