Es un hecho, no el defecar sino el de tratar de esconder que una piscina es potencialmente peligrosa, más habitual de lo que imaginamos.
En mi urbanización, cuando el laboratorio hace el análisis mensual, da sistemáticamente exceso de cloro y de acidez (y por lo tanto miden otro indice que indica que el agua es más corrosiva de lo que debiera) incluso alguna vez obligando al cierre de la piscina.
El administrador, con respaldo del presidente, aduce que la medición realizada por el portero no da esos mismos resultados y no se hace nada (es decir hacemos más caso a la medición del portero que a la del laboratorio).
El objetivo es mantener las piscinas siempre abiertas para que no haya problema con los que alquilan sus viviendas o los que vienen a pasar unas pocas semanas (solo un par de vecinos somos residentes, para el resto es una segunda residencia).
Obviamente yo quiero las piscinas estén abiertas, pero 100% seguras, pero estoy en minoría. Mis vecinos me han demostrado que solo la amenaza de cierre les hace obligar a que el administrador tome las medidas. Así que eso es lo que me veo forzado a hacer: ya he denunciado dos veces (dos vernos) a la comunidad por la situación de las piscinas, dos inspecciones, dos multas de 2.100€ y un apercibimiento de cierre.
En la pasada Junta de Propietarios el Presidente señalo que “debido a las denuncias a la Junta de Andalucía de un propietario, tenemos ya dos multas y un apercibimiento de cierre, por lo que vamos a reforzar el control para evitar una nueva denuncia”, luego en el acta el administrador dulcificó esta afirmación.
Objetivo cumplido, eso sí, los vecinos no me tienen especial cariño.
Niégate a que la piscinas, donde tú y tu familia os bañáis, sea un foco de riesgo para la salud. Y si no consigues nada, denuncia. Tienes el derecho a bañarte en una piscina segura, al fin y al cabo defiendes tu salud - incluso la vida - y la de los tuyos ¿valen tus vecinos más que eso?