Las tarjetas cutres (porque no tienen otra definición) fue una medida rápida tomada a última hora en la reunión extraordinaria de junio por la queja de un vecino sobre lo que parecía un abuso en el acceso a la piscina.
En esta reunión un vecino se quejó de la cantidad de personas desconocidas que entraban a la piscina. Así mismo, la queja se extendía a la libertad de acceso a la urbanización de personas desconocidas (tema que se dejó por imposible). Así pues, aún siendo un punto fuera de acta, los asistentes y las asistentas, que fuimos pocos y pocas --respectivamente-- (no vayamos a mezclar adjetivos y me gane una denuncia) votamos por una medida rápida.
La intención de estas tarjetas era evitar que gente de fuera entrase en la comunidad sin ser invitada. Era por ponerles una mera traba para que se les cayera la cara de vergüenza cuando alguien les pidiese una identificación.
El problema sobre los cienmil invitados que cada uno pueda traer o no es un tema demasiado retorcido como para decidirlo con unas simples tarjetas, en una reunión extraordinaria repentina y, además, siendo un punto fuera de acta.
También es verdad que otro vecino mencionó que el problema iba a ser sólo en junio (como ha ocurrido), pero había que prevenirse. Espero que no suba mucho la cuota de la comunidad por esta medida temporal (y ahora inútil), pero se hizo pensando simplemente en el bien de ésta nuestra comunidad.