Los pisos "cuestan" lo que esté dispuesto a pagar un comprador. Si ese comprador abunda, el precio tenderá a subir, si ese comprador escasea, lo contrario.
El escenario de psicosis actual supone que el comprador está paralizado por el miedo y la incertidumbre ; los pocos compradores con "fe" no tienen fondos al haber una congelación casi total en la concesión de préstamos hipotecarios.