Llega semana santa y con ella la penitencia y el domingo de resurrección por fin se hará la luz y emergerá, "totalmente" renovado el parque. O tal vez no. Porque las reinaguración se va aplazando una y otra vez. Si tanto está costando ponerlo a punto, no me quiero ni imaginar el calvario que supondrá su mantenimiento. Aunque no hace falta echarle mucha imaginación, con pasarse por el parque del castillo nos podremos hacer una idea bastante clara.
Nos vendieron la moto de la recepción. Que maravilla, por fin se solucionarían todos nuestros problemas. Tendríamos luz porque nadie nos la apagaría, el parque sería un oasis, las calles estarían limpias, la policía haría cumplir las ordenanzas, ... En fin, servicios que no tendrían que suponer ningún motivo de alegría, ni tampoco ningún motivo de reivindicación. Servicios ordinarios que se prestan en cualquier sitio.
Lo que ocurre es que mientras que estamos pendientes de que el Ayuntamiento cumpla con sus obligaciones más básicas, dejamos de preocuparnos de lo que de verdad es importante: el acceso a la A-4, el colegio o el centro de salud.
Iremos todos a la reinauguración del parque, esta vez sin Andy&Lucas, y diremos "que maravilla" por fin tenemos zonas para perros, por fin se abre el parque y no felicitaremos porque nuestra paciencia ha tenido sus frutos: han replantado césped, han podado los árboles... Recordemos este momento dentro un par de meses, cuando el calor apriete y el riego no vuelva a funcionar y se seque el césped y el mantenimiento no llegue,...
Y si, iremos todos a la inauguración del parque, y por un momento olvidaremos que nuestros hijos estarán el curso que viene en barracones en el colegio, en los que hay o en los que van a tener que instalar. Por un momento nos olvidaremos del camino de DHL que utilizamos todos los días para ir a trabajar, los que todavía tenemos trabajo, y de la salida prometida a la A-4. Por un momento nos olvidaremos de lo que supone perder el autobús o tener que ir al médico. Por un momento nos olvidaremos de que no hay agua en el sistema anti incendios o que se ha mezclado el agua depurada con el agua potable ...
Lo que pasa es que si solo olvidáramos todo esto por un momento, no estaría mal. Lo malo es que nos volveremos a enzarzar con las cacas de los perros, si hay que llamar o no a la policía, los apagones de calle, las pruebas con el riego, la basura fuera de los contenedores y las explicaciones de los autoproclamados portavoces del Ayuntamiento diciéndonos que todo está bien, que estamos progresando, que no hay más que ver las mejoras, que se está trabajando,... Y mientras, ..., por el camino de DHL.