Sin llegar a descartar del todo la razón que apuntaba "poderdelavara", jejeje, me parece que el descerebrado desarrollo urbanístico de nuestros contornos (Pocerolandia, el nonato PGOU de Ciempozuelos, Valdeguerra en cartera...) tiene algo que ver con este cambio de aguas. Y los cabezas de turco hemos sido nosotros, para variar.
Como cada día somos más madrileños, y las aguas de los pantanos de la sierra es la misma, o incluso baja dependiendo de los ciclos húmedos-secos, el CYII se planteó abastecer a algunos municipios con agua del Tajo, que es un agua de pesima calidad, sobre todo en comparación con el agua del Atazar, en la cuena del Lozoya, considerada una de las 5 mejores aguas de consumo humano del mundo.
El agua del Tajo que estamos bebiendo ahora es sometida a sofisticados -y excepcionalmente caros- procesos de potabilización. Uno de ellos es la ósmosis inversa, que es el mismo método que se emplea en las desalinizadoras de la costa para proveer de agua potable. Este proceso, como digo, es caro, y eleva los costes de potabilización, por lo que no sería descabellado pensar que este sobrecoste se acabe reflejando en el recibo.
Para entendernos. La Comunidad de Madrid, el CYII, nos "desenchufa" del agua de calidad, y nos enchufa a otra de calidad muy inferior, y que cuesta más caro potabilizar. Si tenemos en cuenta que los embalses de cabecera del Tajo están sujetos al saqueo periódico por parte del trasvase Tajo-Segura, es muy posible que en épocas de sequía el agua sea más escasa, y venga aún más enriquecida en sales. Peor calidad, otra vez.
¿Y el Ayuntamiento? Pues nada, siendo conocedores de que nos la iban a meter doblada, se calló, y fue cómplice con la Comunidad, y lo mismo los partidos que representan a ambas instituciones. No me extraña, porque ya a la concejal de Medio Ambiente le pareció maravilloso que el Ministerio se plantease meter por aquí todas las aguas residuales de Madrid, para "engordarnos" un poco el caudal.
Así que, ya se sabe. Si alguien busca unos primos, que traguen con lo que le echen sin rechistar, y encima se alegren de ello, que venga inmediatamente a Aranjuez. Que aquí, primos, primos somos un rato.