Impepinablemente quien ostenta el poder fruto de las sensatas mayorías está obligado a ejercerlo. Ahora bien, a quien ostenta el poder ¿le puede ser reprochado su uso de la manera que le sea más cómoda? Se trata de un cargo no retribuido, eres el objeto de las airadas críticas de los convecinos pues gestionas "lo suyo", lo pagado con el esfuerzo(al menos aparente) de su trabajo(aunque no se ejerza), al Presidente le toca tocar lo ajeno y no a su gusto ni al gusto de todos sino al gusto individual de cada dueño de su parte invisible en lo indivisible de lo común.
Qué difícil ser Presidente, que difícil e ingrata función, no hacemos ninguna selección por carácter, ni por talante, ni por trayectoria profesional del Presidente, se lo dejamos a uno que pasa por ahí mientras nosotros también pasábamos y con ese desdén en la elección sin embargo nos convertimos en fieras de la exigencia en su gestión.
Creo que por cómo elijamos y por cómo nos ofrezcamos para que haya sana competencia podremos exigir en proporción la eficacia en la gestión.
Hay maneras de conseguir esa Junta tan anhelada sin intervención del Presidente, supone implicarse y moverse, ofrecerse y exponerse a los demás, si no estamos dispuestos a hacerlo no podemos responsabilizar al Presidente por sus convocatorias al gusto pues nadie le puede exigir lo que ni siquiera ofreció dar cuando se le eligió.
Tenemnos el Presidente y las Juntas que nos merecemos y por eso
VIVA EL PRESIDENTE YA