Nos dan la habitabilidad y a estrenar la piscina. Oleeeeeeeeeeee.
Dicen que un optimista es un pesimista mal informado, pero vamos, que yo no lo veo tan negro. Quitando la movida de los realojos lo demás es cuestión de tiempo y perseverancia.
Cuando llegué yo a Moratalaz hace un porron de años, usabamos los cascotes de las obras adyacentes para matar ratas, escalabrarnos y defendernos de las pandillas juveniles.
Que vale, que entiendo que no sea perfecto, pero yo cuando voy a ver Cedros II no percibo ese ambiente Mad Max radical.
Tenemos los problemas lógicos de unos pobres locos con pocos recursos que se embarcan en "la aventura de la cooperativa ibérica".