Pues la verdad es que personalmente salí muy satisfecho con la reunión y las decisiones tomadas.
La más importante, la elección o no de constructora hubiera sido en mi opinión un disparate con este estado de definición de proyecto. No es que uno sea la persona más experta del mundo, pero toda mi vida profesional me dediqué a subcontratación y control de costes de construcción, en proyectos generalmente más grandes que el esta cooperativa. En mi experiencia las indefiniciones de cualquier proyecto es muy probable que se traduzcan en costes y los errores o cambios es seguro que así lo harán. En ese sentido, no termino de estar del todo de acuerdo con lo expuesto por el representante de Ibosa en que al adjudicar un proyecto en modalidad llave en mano los fallos en las “alguna de las mil piezas del puzle”, como él lo definió, vayan a poder ser trasladables a la empresa constructora. Más bien me temo que esos posibles fallos en la especificación o añadidos de los trabajos ya contratados, que originen las habituales “órdenes de cambio” u “órdenes de trabajos suplementarios”, (que siempre los hay), tendrán que ser asumidos por nosotros, como no puede ser de otra forma, y cuantos menos tengamos mejor.
Creo que lo suyo, y en general así lo hacemos nosotros siempre en nuestro caso, es adjudicar con la mayor definición posible de proyecto que no comprometa os plazos de ejecución, después de haber realizado las correspondientes tabulaciones técnicas y económicas de las ofertas recibidas, (que no creo deban ser absolutamente públicas), resolver las listas de aclaraciones que existan, tras hacer una lista corta de ofertantes y sentarnos con cada uno de ellos para la negociación y adjudicación final. Ese proceso permite ahorrar una cantidad muy muy considerable, y no veo razón para la urgencia en ello.
Otro tema no menor era el de la aprobación de honorarios de Ibosa. Aunque quizás se podrían haber bajado en caso de vincularlos al coste de proyecto, por otra parte en ese supuesto Ibosa más bien tiene un incentivo para que el coste del mismo sea lo mayor posible, cuanto más caro mayor su beneficio, siendo nuestros intereses y los de la Gestora contrapuestos. El incentivar el ahorro mediante algún tipo de bonus a Ibosa también es un arma muy peligrosa porque los ahorros se pueden conseguir de muchas formas y en algunos casos muy contraproducentes a medio-largo plazo.