En esta comunidad tambien se comentó y se solicitó previamente en junta de vecinos y se nombró igualmente una comisión de estética, advirtiendose que la autorización no depende de la voluntad o decisión de la junta de vecinos y sus estatutos sino de la normativa municipal existente, con el compromiso de respetar la voluntad que allí se adoptara por la mayoría de vecinos.
En ese momento y en pública asamblea, todos los presentes aceptaron y asumieron lo aprobado, así como otra serie de actuaciones similares, y por ello se nombró la comisión de estética, para que estas actuaciones siguieran un estricto modelo homogéneo y se respetaran modelos, colores, etc. En las actas de la juntas que se pueden consultar, no se realizó ninguna intervención, aviso, o comentario en sentido contrario, ni advertencias negativas.
El problema vino después, cuando alguien no respetó tal compromiso y denunció incluso sin previo aviso, algunas de estas actuaciones con la consiguiente perplejidad general.
Esta nueva situación generada, aparte del innecesario mal ambiente, puso de manifiesto que llegado a este punto, y si de esta denuncia se derivaran situaciones negativas y/o sancionadoras por parte de la administración, como es lógico igualmente se procedería a denunciar por otras personas el resto de actuaciones que no habiendo sido denunciadas, también son contrarias a la normativa municipal, en el mismo articulado como por ejemplo la instalación de persianas en los miradores, etc. Aunque a alguien no le parezca comparable, la normativa municipal no hace distinción y equipara ambas situaciones, con idénticas obligaciones, derechos y consecuencias. Todo esto figura recogido en las actas de las juntas celebradas, no es una opinión particular.
En conclusión, que según se puede contrastar con muchos vecinos, por no decir la gran mayoría, todos esperamos que todo esto quede en nada, la administración no sancione o actúe negativamente con motivo de las denuncias presentadas y con el transcurso del tiempo se puedan llevar a cabo con tranquilidad, naturalidad y buena vecindad, aquellas iniciativas que teniendo como premisa no perjudicar a nadie, y con rigurosas normas de estética, que se aprobaron en su momento e incluyeron en las normas elaboradas por la comisión de estética. Eso si, sigue siendo imprescindible el compromiso explicito de los demás de asumir y respetar la voluntad de la mayoría, porque sino como alguien dijo esto supondría haber “abierto un melón que nunca se cerraría”.