Sánchez sabía en diciembre que no tocaría pensiones pero sostuvo la ficción ante la UE
El ministro Escrivá tranquilizó a Nacho Álvarez, principal asesor económico de Pablo Iglesias, en una conversación telefónica para felicitarse la Navidad: “No os preocupéis, probablemente nunca se vote”
GABRIEL SANZ
PUBLICADO24/01/2021 4:45
Pedro Sánchez era consciente, al menos desde diciembre, de que esta legislatura no tendrá mayoría en el Congreso para aprobar una reforma de las pensiones que implique un aumento en la base de cotización de 25 a 35 años y, por tanto, una rebaja en la cuantía percibida por los más de ocho millones de jubilados españoles en sus nóminas para reducir el déficit de la Seguridad Social.
Sin embargo, y aunque el presidente del Gobierno se ha mantenido en segundo plano, sí ha permitido a la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y al ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, mantener viva la ficciónen los medios de comunicación para dar la sensación a la Comisión Europea de que “no todo iba a ser incremento de gasto en las cuentas de España y cesiones a Podemos”.
Así lo interpretó a finales del mes pasado la cúpula del socio minoritario de la coalición después de conocer una conversación telefónica, banal y distendida, que mantuvo Escrivá con el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, mano derecha de Pablo Iglesias en las negociaciones internas del gabinete desde hace un año. Eran días de tensión interna en el Ejecutivo previa a la aprobación de los Presupuestos 2021 -los morados exigían subir el salario mínimo, acabar con los desahucios en pandemia y controlar el precio del alquiler de viviendas- y Álvarez cogió el teléfono para felicitar la Navidad al ministro y relajar el ambiente.
Según ha sabido Vozpópuli, en un momento dado de la llamada y ante las informaciones que estaban apareciendo esos días sobre el intento de Sánchez de llevar a Bruselas la reforma de las pensiones, rebaja incluida, el secretario de Economía de Unidas Podemos recordó al ministro de Seguridad Social que esa era una línea roja por la que no iban a pasar. Quería ver cómo reaccionaba y se vio sorprendido por la respuesta de Escrivá: “No os preocupéis, probablemente no se votará nunca” en el Congreso.
A partir de esa llamada, Iglesias y los suyos entendieron que el Gobierno, no tanto Sánchez, iba de farol con el fin de contentar a la UE; que el inquilino de La Moncloa estaba dejando hacer a Calviño y el ministro
A partir de entonces, Iglesias y los suyos se convencieron de que Pedro Sánchez iba de farol con el fin de contentar a la Comisión Europea. El inquilino de La Moncloa estaba dejando hacer a Calviño y al ministro de Seguridad Social porque, de hecho, aseguran fuentes de Podemos, el de las pensiones no ha sido el asunto que más tiempo ha consumido en las reuniones a solas del presidente con Iglesias todos los lunes.
Era “un elemento más” del pulso continuo entre ambos partidos, pero los morados nunca entraron al trapo en público -sí respondieron con informaciones oficiosas- porque estaban seguros de que el presidente, sin mayoría parlamentaria y con la oposición de UGT y CC.OO., acabaría enviando a Bruselas un documento genérico sin concreción; es más, creen que, al final, en la renuncia del PSOE ha pesado también la idea de que ni el PP apoyaría rebajar las pensiones en esta legislatura porque tiene el aliento de Vox en el cogote, y el partido de Santiago Abascal, en fase de captar voto trabajador con la creación del sindicato Solidaridad, tampoco va a hacerlo.
Con la oposición frontal de Unai Sordo, del secretario general ugetista Pepe Álvarez y de las asociaciones de pensionistas, y asustados por una primavera caliente en la calle, Sánchez y su núcleo duro han optado por emplearles a fondo en otros asuntos de la agenda gubernamental, como la paralización de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o el freno a los desahucios durante el Estado de Alarma, hasta el punto de necesitarse un acuerdo in extremis de los dos socios para desbloquear el presupuesto 2021.
”Se han dado cuenta ellos mismos sin necesidad de aclarárselo de que tienen solo 120 diputados, no los 164 de Zapatero ni mucho menos los 186 de Rajoy en su primera legislatura. Y eso, les guste o no, obliga a gobernar de otra forma, contando con los socios que llevaron a Sánchez a La Moncloa”, resumen fuentes moradas.
¿Y ahora qué va a pasar? Fuentes de Unidas Podemos sostienen que “hay que cumplir” lo que dice el acuerdo de investidura firmado el 12 de noviembre de 2019, esto es, subir este año a los jubilados la previsión del IPC (un 0,9%). Aseguran que “no nos vamos a bajar de ahí”, sin embargo, son conscientes de que tanto Calviño como la UE van a presionar para que no haya subida a los pensionistas so pretexto de que en 2020 la inflación fue negativa y hubo una ganancia objetiva -mínima- de poder adquisitivo.
Calviño: “No hay decisión tomada”
La batalla de las pensiones ha dejado aparentemente tocada a la vicepresidenta económica, pero no se da por aludida. El pasado lunes, cuando reveló que el documento de pensiones enviado a Bruselas sin concreciones era una de las 30 reformas que le corresponden a España entre 2021 y 2023 -se han remitido ya 28 a la UE-, insistió en la idea de que, en el ámbito de la reforma laboral y la de pensiones se está en una "fase inicial" de trabajos y "al principio de un proceso" por lo que "no hay ninguna decisión tomada" por ejemplo sobre los años necesarios para el cálculo de la jubilación.
Todo lo contrario que el ministro Escrivá, que el pasado jueves perdió los papeles durante una entrevista con Carlos Alsina en Onda Cero. El titular de Seguridad Social criticó duramente a los medios por haber hablado de que el Gobierno planeaba rebajar las pensiones por la vía de aumentar los años cotizados de 25 a 35, pese a que un documento del gabinete así lo atestigua; algo que, según fuentes socialistas consultadas por este periódico, no ha gustado nada en La Moncloa una vez que había dejado pasar el tema hasta mejor ocasión.