DENUNCIA VECINAL
Aquí no hay quien viva Vecinos de un edificio de nueva construcción del PAU 1 llevan un mes viviendo sin luz ni agua y con la urbanización a medio terminar HELENA VICENTE
Más de cien familias compraron un piso en una lujosa urbanización del PAU 1. Cuando llegaron allí para instalarse «empezaron los problemas, de los que la promotora no quiso hacerse cargo», según denuncian los representantes de la Comunidad de vecinos. Para empezar, «un mes después de haber escriturado aún no tenemos agua y luz propia. Las hay de obra, con los problemas que ello acarrea porque cada dos por tres se corta y tenemos que ir nosotros mismos a activar los cuadros eléctricos. Por la noche no hay agua», explica el presidente de la comunidad, Javier Mezquida. «Lo grave es que la promotora, Nozart, nos había enviado una carta en la que aseguraba que iba a encargarse de dar de alta la luz y el agua y que tuviéramos 300 euros en la cuenta», relata el vicepresidente, Alfonso Ferrer.
En total esta urbanización tiene 252 viviendas, «aunque sólo han escriturado aproximadamente el 50%. Viviendo aquí estamos unas quince familias que padecemos esta situación», cuenta Ferrer. «Ha habido ratas porque la promotora no pidió que pusieran contenedores de basura en la calle, y las bolsas se amontonaban», relatan. Además, la urbanización no está acabada. Sólo en un paseo de media hora se pueden percibir diferentes desperfectos e incongruencias como 80 metros de cable por los pasillos que unen cuadros eléctricos, muros de los bajos con jardín que se están reconstruyendo porque con las lluvias se cayeron, cables y más cables que cruzan de una vivienda a otra, pasan por la calle, vuelven... formando un caos de plásticos. Además, el arenero del parque infantil es de tierra de obra, y en la del jardín está formada por trozos de ladrillos y restos de la obra. «Da la sensación de que la tierra que sacaron para edificar es la que han metido aquí. Pero no se compacta y está todo lleno de grietas enormes», relatan los vecinos. Además, «ha habido ya dos cortocircuitos con el consiguiente peligro que ello genera», explican. Según denuncian, «en ningún momento el representante legal de Nozart ha aparecido por aquí para ver cómo está la urbanización. Hemos hablado con la empresa varias veces pero no quieren hacerse cargo de nada. Estamos más que hartos. Cada vivienda ronda los cincuenta millones de las antiguas pesetas, pero en cuanto consiguieron escriturar, si te he visto no me acuerdo. Nos sentimos humillados y abandonados. Todo lo que hemos conseguido es gracias al administrador, desde que lo tenemos». Este periódico trató ayer, sin éxito de ponerse en contacto con la promotora.
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