Hola a todos:
Cuando empecé a gestionar lo de la pérgola con cristales de mi jardín (¡Vade retro!), una de las primeras cosas que hice allá por mediados de enero, fue llamar al Administrador. Me atendió y me dijo lo que, en su opinión, debia hacer. Pero a lo que voy es que en una de las conversaciones le dijo a mi esposa que "la semana siguiente" se iba a reunir con los vocales, y que sugeria que le acompañasemos, para presentar nuestro proyecto. Nos preguntó si estabamos dispuestos y le dijimos que si. Quedó en llamarnos para confirmarnos fecha y hora. Esto seria a mediados o finales de enero, y ya está acabando febrero. Ni el Administrador nos llamó ni, todo sea dicho, nosotros le llamamos para confirmar la fecha de la citada reunión. Bueno, creo que es un buen pretexto para llamarle. Mañana lo haré. Aunque como comprendereis, le "entraré" hablándole de "lo mio", aprovecharé la coyuntura para preguntar por la reunión y de paso, para que me diga qué hay que hacer para convocarla. No me hagais caso, pero en la comunidad donde vivia antes, si no recuerdo mal, los vecinos podian convocar (o "forzar") una reunión si cierto porcentaje la solicitaba, suponiendo que ni el presidente ni los vocales quisieran convocarla. La pena es que todo eso lo tengo guardado en el trastero... a la espera de que el que me corresponde deje de verse amenazado por las goteras y pueda "mudarme" del que Urbalia me ha dejado temporalmente. Tambien hablaré con los abogados de mi empresa, a ver qué me dicen. Os cuento.
Por cierto, los que teneis vecinos encima: ¿Oís algún ruido? ¿Pasos, taconeos, qué sé yo? De momento, en el primero encima de mi bajo, no vive nadie, pero tengo curiosidad. Como dije, mi casa anterior tambien la hizo Ubralia y aunque el aislamiento de la calle era total (como aqui), el interior era inexistente, estando en la cocina, oia cómo mi vecina preparaba tortillas de cuatro huevos para cenar (escuchaba cómo rompia los cuaro huevos y cómo los batia), y llegué a conocer la vida y milagros de los otros vecinos, obligado, mientras intentaba ver el telediario ¡una auténtica telenovela!
Un saludo,
Miguel