Lo primero es que nos falta civismo y educación. Lo siguiente...que la gente que empezamos entusiasmados con nuestra casa y con vivir en un sitio estupendo, fuimos insultados, amenazados, vejados y tachados de elitistas, de querer ser los amos del cotarro, de egoístas y demás falsedades y, al menos en mi caso, decidí vivir en mi casa y olvidarme casi por completo de la comunidad ni de sus problemas.
Los que insultaban y amenazaban, tal felices haciendo lo que les viene en gana.
Los que no insultaban pero hacen lo que les viene en gana, pues igual de felices, ya nadie les dice nada.
Los que promovieron otra votación y aceptarían lo que saliera de ella, con no darse por enterados del resultado, igual de felices.
Los "civicos" pero como el del al lado no cumple las normas yo tampoco, pues también encantados.
Joder, Lachyny, ¡pero si todos estamos muy contentos con nuestra comunidad!
Lo malo va a ser, que ahora que llega el buen tiempo, todos iremos a la piscina y veremos las zonas comunes cómo están, veremos a todos los colegas aparcando el coche en la puerta del amigo que va a montar una barbacoa, tendremos que ir con nuestro niño bien agarrado de la mano para que no lo atropelle Fernando Alonso, tendremos que mirar con lupa el trocito de cesped para no sentarnos en una mierda de perro, no nos gustará el horario de la piscina, unos porque esperar hasta las 12 les parece excesivo, otros porque no respetar la siesta les parece imperdonable. Entonces, como no hemos sido capaces de resolver nada de manera cívica ni de ninguna otra, acabaremos a la gresca unos con otros, aún más. Pero, seguro, que en este último caso, los broncas serán más felices todavía.
Sigo pensando que hay que cambiar de administrador, pero nuestro comportamiento hasta la fecha, sino cambiamos nuestra actitud colectiva, no lo repara ni la ONU.