Como ya he comentado en muchas ocasiones cada uno tiene que asumir las desventajas o inconvenientes que tiene su vivienda en función de la ubicación que tenga la misma. Son viviendas de iniciativa privada, no asignadas por sorteo, y cada uno podía elegir lo que se compraba… o no comprar. Desde un principio se conocía la existencia y ubicación de zonas comunes así como la existencia de 190 viviendas con derecho a uso de las mismas.
Quien compraba un piso dando a zonas comunes sabía la existencia de piscina, pádel, corredores de acceso a portales y las consecuencias que el uso de las mismas acarrea. Del mismo modo que quien compra sobre la puerta del garaje sabe que tragará humo si abre su ventana, quien compra un primero a la avenida de 6 carriles que conduce a la M-30 sabe que tendrá ruido de coches, si tu piso tiene encima terraza o azotea puedes tener goteras, si estas encima de un local que te monten un bar, etc, etc.
En el momento de la compra si alguien ve la existencia de potenciales focos emisores de molestias que no está dispuesto a tolerar tiene la posibilidad de preguntar por el aislamiento de las viviendas y si no obtiene la garantía suficiente la opción de no comprar la vivienda. Si no se preguntó en su momento que no vengan luego con los “yo pensaba… yo creía…” y que se adapten los horarios de la comunidad a mi conveniencia…. La compra de una vivienda debe implicar sopesar muchos aspectos, y máxime cuando se pagaban a 6.000€/m2. En la memoria de calidades ni siquiera se contemplaban ventanas con rotura de puente térmico, o vidrios de aislamiento sonoro era fácil saber que el aislamiento de las carpinterías iba a ser escaso frente a ruidos de semejante naturaleza. En mi caso como el aislamiento ofrecido no me parecía suficiente cambié todos los cristales pagando de mi bolsillo.
Con lo anterior no quiero decir que se pueda justificar un uso y comportamiento incívico de las zonas comunes ni mucho menos, lo que hay que comprender es que por mucho civismo y moderación que se tenga siempre se escapará alguna pelota por alta q esté la valla, siempre se escuchará el agua de la piscina y que resulta complicado jugar al pádel en absoluto silencio.
El tema de la iluminación de la pista no es ni más ni menos que la necesaria para poder jugar correctamente, los focos están orientados hacia la pista no hacia las viviendas, pero resulta inevitable que se produzca cierto resplandor, pero eso mismo les ocurre a los vecinos cuyas casas dan al campo de fútbol iluminado casi a diario y hasta pasadas las 24h y no se de nadie que lo proteste en el ayuntamiento solicitando el fin de los correspondientes entrenamientos futboleros, bajan las persianas que para eso están. Y qué decir de las ventanas que quedan delante de una farola, pues por la noche tendrán que bajar su persianita si quieren oscuridad, ha pasado así toda la vida.
En el caso de los bajos igualmente existen persianas para regular a gusto de cada uno la entrada de luz (ya sea nocturna o diurna) por tanto si molesta, se bajan, que para eso las proyectaron los arquitectos. Si veo racional que se tenga exquisito cuidado de no prolongar el encendido de las luces cuando la pista no esté siendo utilizada o fuera del horario acordado para el uso de la misma. Además por lo general las zonas comunes se tienen con una escasa iluminación nocturna precisamente para no molestar a los habitantes de los bajos, aun a costa de limitar la visión de quien entra o sale peatonalmente de los portales.
Respecto al horario de las zonas comunes tiene que ser amplio dentro de un orden (nadie habla de jugar al pádel a las 12 de la noche) y las 22h no es una cosa exagerada teniendo en cuenta los horarios españoles, somos muchos los vecinos a disfrutar de las instalaciones, cada uno con unos horarios de ocio y trabajo diferentes, pero todos pagando nuestra casa y cuota de comunidad, por tanto con derecho a disfrute de las instalaciones. Por ello no se pueden tener unos horarios extra-reducidos que impidan el disfrute de las instalaciones. Jugar una partida de 21h a 22h para mucha gente será la única manera de disfrutar la pista al llegar del trabajo, con lo cual limitar su uso hasta las 20h, por ejemplo, sería una gran puñeta para muchos. Nuestra comunidad tiene desde sus inicios una demostrada afición por el pádel y si limitamos mucho los horarios de uso de la pista habría que esperar notoriamente para obtener fecha de uso.
A modo de curiosidad la Ordenanza Municipal correspondiente divide el día en tres tramos de afección horaria (día, tarde y noche), considerando los límites de ruido más reducidos para facilitar el descanso en el tramo “noche” considerado entre 23h y 7h (8h en no laborables) y sin hacer reseña a la hora de la siesta. A partir de las 23h no recuerdo ver a nadie jugando nunca en la pista.
Resumiendo, veo bien llamar al civismo en el uso de las instalaciones comunes, llevar un cuidadoso uso de las mismas para minimizar ruidos y afecciones, a la par que se debe ser riguroso con los horarios establecidos, e incluso optimizar la instalación para limitar las molestias pero también está claro que los vecinos cuyas viviendas colindan con estas zonas tendrán que aguantar en cierta medida las molestias causadas les guste o no, independientemente de lo mucho o poco que costaran las viviendas.
Saludines