Lo que ocurre cuando enciendes la campana estractora de la cocina es que cambias la corriente del aire y como las casas suelen estar bastante herméticas (aunque a veces no lo parezca), metemos el humo en casa.
Por eso, cuando vas a encender la campana estractora hay que abrir una pequeña ranura la ventana de la cocina y con eso rompemos la corriente de aire que genera el estractor de la campara. Cuando apagas la campana, vuelves a cerrar la ranura de la ventana y verás como no se te mete nunca más el humo de la chimenea.